El Gobierno cede ante los obispos en la reforma de la asignación voluntaria del IRPF

Dinero y una parte del fuero. El Gobierno ha garantizado a la Iglesia, para los próximos años, unos ingresos de casi 21.000 millones anuales al margen de la contribución de los católicos mediante el IRPF, que en 1997 apenas superó los 15.000 millones. Además, los obispos arrancan una reforma de las casillas por las que los contribuyentes asignan sus tributos. El Ejecutivo de Aznar había resistido hasta ahora, pero la comisión permanente de la Conferencia Episcopal, reunida ayer en Madrid bajo la presidencia del cardenal Rouco Varela, desveló el acuerdo.

La principal novedad está en el método, no en la cantidad de dinero. El secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y portavoz de los obispos, Juan José Asenjo, explicó ayer que en los últimos meses la Iglesia católica había mantenido contactos con el Gobierno para perfilar los nuevos mecanismos técnicos que le garanticen unos ingresos adecuados, y aludió a una propuesta por escrito de la Secretaría de Estado de Hacienda.El portavoz de la CEE, cuya comisión permanente celebró ayer un plenario bajo la presidencia del cardenal Antonio María Rouco Varela, desveló "la novedad": se mantiene el mismo coeficiente del 0,52%, pero el contribuyente podrá poner la cruz en la casilla de la Iglesia y también en la de "otros fines sociales" si así lo desea, con lo que desaparece el concepto excluyente de antes, en la que el declarante se veía obligado a optar por una de las dos. Ahora, dijo Asenjo, el contribuyente podrá poner la cruz simultáneamente en ambas casillas, o en ninguna, o en una sola.

El enfrentamiento

"La fórmula es más satisfactoria que la de antes porque desaparece el enfrentamiento artificial que la Iglesia no buscó y que nos impusieron, dando a entender implícitamente al contribuyente que la casilla de otros fines sociales era para los pobres, como si la Iglesia no se ocupara de los pobres", opinó Asenjo, que es obispo auxiliar de Toledo además de portavoz de la CEE.

En las declaraciones de la renta de 1998 la casilla del IRPF supuso para la Iglesia 15.224 millones de pesetas, mientras que los contribuyentes asignaron 18.4000 millones a "otros fines sociales". Entre las organizaciones de interés social que reciben una parte de esta última asignación se encuentran algunas de la Iglesia, como Cáritas.

La asignación tributaria voluntaria, la que se decide con una cruz en la declaración del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF), ha caído diez puntos en los últimos tres años. En el primer ejercicio en el que se aplicó ese sistema de reparto (sobre las rentas de 1987, declaradas al año siguiente), el 35% de los contribuyentes favoreció a la Iglesia y el 53% dejó la casilla en blanco. Por provincias, Barcelona es la que menos aporta a la Iglesia de forma voluntaria: sólo lo hace el 20% de los declarantes, 13 puntos por debajo de la media nacional.

Mejora a todos

La Secretaría de Estado de Hacienda confirmó ayer la existencia de las negociaciones, pero dijo que el acuerdo no está cerrado. El portavoz de Hacienda, no obstante, coincide con el obispo Asenjo en que la reforma garantizará los actuales ingresos de la Iglesia (6.000 millones más de lo que se recauda para ella en el IRPF), en los presupuestos de los años 2000, 2001 y 2002, advirtiendo de que se beneficiará también, de forma sustancial, a las organizaciones de interés social.

Aparte de la Secretaría de Estado de Hacienda, la Iglesia ha negociado con otros organismos del Estado, pero el portavoz de los obispos, poco antes de comenzar ayer la reunión de la comisión permanente de la Conferencia Episcopal, habló sólo sobre la propuesta de Hacienda. "Lo deseable sería que se acortaran los plazos y que tal vez al año que viene, una vez que se tenga la experiencia de la declaración de la renta de junio del 2000 y la cantidad que llega a través de la Asignación Tributaria voluntaria, se tratara de reajustar", dijo Asenjo.