_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Educación, educación, educación JOSEP M. MUÑOZ

Gracias a este lema de resonancias anguitistas, dicen los expertos que ganó las elecciones el Partido Laborista de Tony Blair después de casi veinte años de gobierno conservador en la Gran Bretaña. Aunque los publicistas se esfuercen por hallar eslóganes adecuados para vender a los candidatos (en unas elecciones donde los partidos empresas compiten por ofrecer servicios eficaces y creíbles a los electores contribuyentes), parece evidente que la fuerza de un lema electoral no está en su formulación más o menos afortunada, sino en su capacidad de conectar con las preocupaciones reales de la mayoría de los electores. "Es la economía, estúpido", dicen que le espetó un asesor suyo al futuro presidente Clinton, indicándole así con precisión meridiana dónde debía centrar su mensaje electoral. Clinton y Blair, aun disintiendo de cierta tradición socialdemócrata pero poniendo el acento en la necesidad de la cohesión social y de la igualdad de oportunidades, lograron así el vuelco necesario para ganar las elecciones, al tiempo que ponían de relieve el papel central que tiene la educación como freno a la exclusión social. En Cataluña, la precampaña de Maragall ha empezado con un lema algo sorprendente: Juntos cambiaremos Cataluña. ¿Por qué cambiar Cataluña, por qué enfrentar tan arduo propósito si en este país, si nos atenemos a los índices de bienestar mundialmente homologados, se vive tan bien? Lo que hay que hacer, y además éste es un anhelo que parece ir cobrando fuerza, es cambiar nuestro Gobierno, el de la Generalitat, para emprender otras políticas, muy distintas a las que ha venido ejerciendo (o no ejerciendo) el Gobierno de CiU. Y en este cambio de políticas, no cabe duda alguna que deben ser prioritarias la cultura y la educación. Maragall ha dado un importante paso con su anuncio, matizado por la cautela, de que, en caso de ganar, su Gobierno se propone doblar el presupuesto autonómico de cultura, así como buscar los mecanismos para resolver la financiación federal de las culturas españolas. No es una promesa fácil, y con toda seguridad le va a ser reclamada en un futuro. Porque la educación va a seguir siendo una cuestión clave. Cuando ya sabemos que, en el plazo de muy pocos años, en Estados Unidos la mitad de los empleos van a estar relacionados con la sociedad de la información, estamos fácilmente de acuerdo en que la inversión en capital humano es la más rentable socialmente. Pero éste, siendo crucial, no es el único argumento para apostar decididamente por la educación: desde que la izquierda es izquierda, sabemos que la educación es el arma más poderosa para combatir la desigualdad de origen económico y social. La educación es lo que hará de nosotros ciudadanos libres, como proclamaba la izquierda catalana en julio de 1936 cuando empezó a poner las bases de la "escuela nueva" con su proyecto educativo global. Hoy en día, la escuela sigue siendo un instrumento básico no sólo para ser competitivos, sino también para lograr la cohesión social, para combatir la desigualdad de origen, para integrar a la inmigración, para paliar la desestructuración familiar. Este verano, a raíz de los incidentes racistas en un barrio obrero de Terrassa, se puso de relieve que el fracaso escolar y la falta de idoneidad en la formación profesional de

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_