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El Supremo envía a prisión a los saboteadores de la presa de Itoiz

Los ocho jóvenes que en 1996 sabotearon el embalse de Itoiz (Navarra) ingresarán próximamente en prisión, según ha ratificado el Tribunal Supremo. Sin embargo la condena, de cuatro años y 10 meses de cárcel, no se impone por el acto vandálico -que causó daños por 1.600 millones de pesetas y un parón de un año en las obras- sino por haber golpeado y maniatado al guardia jurado que la custodiaba.La Audiencia navarra les había impuesto además, en el juicio celebrado en marzo de 1998 -y que ratificó el Supremo el 10 de septiembre-, multas de 500.000 pesetas a cada uno, por un delito de daños, y penas de arresto de cinco fines de semana. Juan Jesús Soria y José Uruñuela, abogados de los condenados, anunciaron que no recurrirán la sentencia del Supremo, que calificaron de "política". "Asumimos los riesgos de nuestra acción y estamos decididos a enfrentar el ingreso en prisión", señaló en conferencia de prensa un portavoz de los condenados.

Las defensas recurrieron al Supremo alegando que los jóvenes -pertenecientes a un grupo autodenominado Solidarios con Itoiz-, al golpear e inmovilizar en su garita al guardia jurado que vigilaba las obras, cometieron sólo un delito de coacciones, que duró menos de cinco minutos y que lo hicieron con una finalidad muy distinta a la de secuestrar a una persona: la de poder cortar con motosierras, como así hicieron, los cables de acero que servían para levantar el dique de hormigón del embalse.

Detención ilegal

No obstante, el Tribunal Supremo insiste en que cometieron un delito de detención ilegal, al privar a una persona por la fuerza de su libertad "sin que obste a la consumación de la infracción el mayor o menor lapso de tiempo en que la víctima estuvo sometida a la voluntad del secuestrador, porque la perfección se alcanza en el instante mismo en que la detención se produce".La sala ha desestimado también los razonamientos que aludían al hecho de que el guarda jurado, que logró desatarse por sus propios medios, no pudo identificar a las personas que lo inmovilizaron, ya que todos los saboteadores iban encapuchados. Por último, el Supremo rechaza aplicar atenuantes de la pena basados en que los Solidarios con Itoiz esperaron la llegada de la Guardia Civil y se entregaron voluntariamente y sin oponer resistencia. "Ni han existido impulsos de arrepentimiento espontáneo ni se ha procedido a reparar o disminuir siquiera los efectos del delito, ni se ha dado satisfacción a los ofendidos", subraya el fallo, que atribuye a la "intención de notoriedad para su causa" la entrega voluntaria a la Guardia Civil.

Los abogados de los jóvenes aseguraron que se trata de una condena "desproporcionada" y que incurre en contradicción con la propia jurisprudencia del Supremo.

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