EE UU presiona a Rusia para que acepte su plan de 'guerra de las galaxias'

El secretario de Defensa estadounidense, William Cohen, inicia hoy una visita de dos días a Rusia con el objetivo fundamental de superar la resistencia de Moscú a modificar el tratado ABM sobre control de misiles balísticos. El viaje supone una presión añadida a la que Bill Clinton y su secretaria de Estado, Madeleine Albright, han ejercido en la cumbre Asia-Pacífico (APEC) sobre el primer ministro ruso, Vladímir Putin, y su ministro de Exteriores, Ígor Ivanov. Washington necesita enmendar el ABM para poner en marcha un sistema de protección contra eventuales ataques con misiles de Estados "sospechosos" como Irán o Corea del Norte. Moscú objeta que, si se toca el ABM, se pondrá en peligro el frágil entramado de acuerdos entre las dos superpotencias que han permitido una reducción espectacular de los arsenales atómicos. La esencia del ABM es que ni Rusia ni Estados Unidos sean tan vulnerables a un ataque masivo de la otra parte que se vean obligados a descartar una agresión. Cohen intentará socavar la resistencia de los dirigentes rusos a enmendar el ABM y de los diputados a ratificar el tratado START II de reducción de los arsenales nucleares estratégicos.

Albright ofreció en Auckland a Ivanov la promesa de que no será neutralizado el arsenal nuclear ruso con el sistema antimisiles en el que piensa EEUU y que ha sido calificado de una versión reducida de la guerra de las galaxias con la que soñó Ronald Reagan.

Clinton metió a Putin un poco más de presión en la reunión que ambos mantuvieron, también durante la cumbre de la APEC, y le hizo notar (como si no lo supiese de sobra el primer ministro) que "la corrupción puede comerse el corazón de la sociedad rusa". Pese a todo, las dos grandes superpotencias atómicas han iniciado ya conversaciones informales para dar el siguiente paso: la negociación del START III, que supondría nuevas e importantes reducciones de los arsenales.