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Crítica:OTOÑO MUSICAL SORIANO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La segunda inmortalidad de Don Quijote

En un ambiente adicto y festivo, entre popular y culto, comenzó el sábado el VII Otoño Musical Soriano, un festival distinto, original, bien ideado y resuelto. En el Centro Cultural de la Audiencia -cuyo reloj machadiano mide y ritma el pulso de la ciudad- Manuel de Falla y Cervantes sonaron como lo que son: maravilla sobre maravilla. Bien escribió Salvador de Madariaga que en el Retablo de Maese Pedro, de Falla, cobra el inmortal Don Quijote segunda inmortalidad. Mientras, Borges subrayará la "voz amable y natural" de don Miguel. En esta ocasión, la representación comenzó antes que el mismo Retablo..., pues, desde la entrada del Collado hasta la Audiencia, los actores del teatro Micomicón portaron un gran busto de Cervantes, danzaron y cantaron, acompañados del regocijo de las gentes. Ya en escena, se representaron unas escenas quijotescas previas hasta que Maese Pedro convocó a todos: "Vengan, vengan a ver sus vuesas mercedes...".

Odón Alonso, que dirige la obra de Falla desde hace más de cuarenta años -la primera en la temporada de la zarzuela de 1956, después de dirigir la Francisquita, que descubrió a muchos la voz y el estilo de Alfredo Kraus- parece haber accedido a una tónica sumamente fallesca: el sosiego, la serenidad, la respiración, la "mezcla de lo bufo y lo sublime" en Don Quijote, la llaneza y vivacidad popular en Maese Pedro y el incisivo recitado del muchacho Trujamán, expresiva, ruda y exenta de inflexiones líricas.

Romance de la libertad

Otro clásico del Retablo..., el tenor sevillano Manuel Cid, encarnó a Maese Pedro; una voz bien timbrada y de valores líricos naturales, la del barítono Enrique Baquerizo, asumió Don Quijote y dijo con emoción la Invocación a Dulcinea. El teatrillo y los muñecos de Maese Villarejo pusieron los acentos adecuados para narrar con feliz espontaneidad el "romance de la libertad, que dio el señor don Gayferos a su esposa Nelisendra". Y los instrumentistas de la Sinfónica de Madrid sumaron saber y entusiasmo a una acción general, atenta y sumisa al concepto y el detalle señalados por el director. El Retablo... fallesco no sólo encanta, divierte y emociona, sino que llegó a invadir nuestro ánimo de felicidad. Largas ovaciones subrayaron el trabajo de todos, y, antes de retirarse, Odón Alonso evocó en breves palabras la figura del tenor Alfredo Kraus, así como la tristeza y la trascendencia de su definitivo silencio. El otoño proseguirá los próximos días para exaltar la figura y la obra de Xavier Montsalvatge, a través de algunas de sus obras más representativas, junto a otras partituras interpretadas por la Orquesta de Málaga, dirigida por Odón Alonso y Pedro Halffter, los recitales de María Orán y Ainhoa Arteta, el programa del Trío Mompou, el de Jesús Ángel León y su Camerata Soriana, un concierto "de niños para niños" por la coral bilbaína de José Luis Ormazábal, el retorno del clavecinista Rafael Puyana y, en fin, la Sinfónica de Castilla y León, con su titular Bragado-Darman y la pianista Elena Margolina, sin olvidar la interesante exposición de instrumentos asiáticos y marionetas del Teatro Wayank Golek, resonancias de otros tiempos y otros ámbitos. Merece la pena subrayar la asistencia de los ciudadanos sorianos a su Otoño Musical, que apoyan, viven y disfrutan.

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