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Los trabajadores fuerzan al gobierno de Sevilla a revisar el área de Obras

Tereixa Constenla

El gobierno municipal de Sevilla busca una salida airosa para crear la empresa de obras sin vulnerar el acuerdo pactado entre PSOE y PA para sellar su coalición y, al mismo tiempo, satisfacer a los sindicatos, que amenazan con movilizaciones radicales si prospera la idea. En el pleno de ayer quedó patente el frontal rechazo a esta sociedad, que obligará a segregar Emasesa, de trabajadores y oposición (PP e IU), que ven detrás del proyecto "el afán de control económico del PA".

Las explicaciones de la delegada de Obras, la andalucista Isabel Guerra-Librero, no convencieron a los detractores de la futura empresa municipal, un nuevo órgano que gestionaría competencias de Urbanismo, Parques y Jardines y Emasesa. Es, además, la segregación de la empresa de aguas, que también abastece a otros 12 municipios, lo que ha suscitado las mayores críticas de sindicatos y oposición, que no encuentran una justificación para dividir una sociedad saneada y, según la portavoz del PP, Carmen Diz, "de reconocido prestigio nacional". "No hay razones objetivas para destruir Emasesa", agregó. Diz alabó la intención del gobierno de buscar una mayor eficacia en la coordinación de las obras que se ejecutan en Sevilla. "Pero háganlo sin destruir", advirtió. La portavoz del PP coincidió con los dirigentes sindicales en la razón que anima la creación de la nueva sociedad de obras: "Detrás sólo hay un afán de control económico del PA". Diz recordó que los andalucistas gestionarán alrededor del 76% de las inversiones del presupuesto de Sevilla -incluidas empresas y organismos autonómos- gracias al pacto de gobierno con el PSOE. Ayer, IU pidió al alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín la retirada del decreto que delimitaba las áreas para cambiar la naturaleza de la delegación de Obras. Su moción fue rechazada por socialistas y andalucistas. Isabel Guerra-Librero, la delegada del PA que asumiría la gestión de la empresa, justificó su necesidad "en aras de una mayor eficacia y coordinación en la gestión de obras para que los usuarios no sufran". Guerra-Librero trató de tranquilizar a los representantes sindicales, presentes en el pleno, sobre el futuro de los puestos de trabajo, al asegurar que se creará más empleo público y que la sociedad será de propiedad municipal "cien por cien". Su comparecencia provocó el abandono del pleno de los sindicalistas, que el lunes decidirán un calendario de movilizaciones contra la creación de la empresa de obras, si se mantiene su naturaleza.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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