PEPE EXTREMADURA CANTAUTOR "En el País Vasco ya no se baja la voz al hablar de algunos temas"
Su nombre es José Pedro Roseiro pero, salvo sus padres, todos le conocen por Pepe Extremadura. Llegó al barrio de Otxarkoaga de Bilbao con siete años y se quedó 20. Dice que no tiene edad. Ahora vive por el mundo y tiene su casa en Cáceres. Aunque todavía le jalean y le tocan palmas cuando sale al escenario, lo suyo es la música comprometida, de cantautor. Pepe Extremadura regresó hace tres semanas de El Salvador, donde llevó su música y un proyecto de construcción por valor de 40 millones para afectados por el huracán Mitch. Pregunta. ¿Qué hace un cantautor extremeño en El Salvador? Respuesta. Cantar. Pero sobre todo fui a supervisar la construcción de 35 casas en un departamento devastado por el huracán como responsable de la ONG Alianza de Solidaridad Extremeña. Supervisé si el dinero llegaba. Cuando te acercas a la pobreza, cambian muchas cosas en tu forma de pensar y adquieres un compromiso. P.Y su música, ¿cómo la acogieron? R. La primera vez que estuve fue en octubre pasado, cuando el huracán. Entonces, les prometí que la próxima vez que fuera llevaría mi guitarra y les cantaría, y eso es lo que he hecho, dar una gira en la que recorrí San Vicente, Chalatenango, Santa Ana y la capital salvadoreña. Canté para recaudar fondos para la construcción de albergues y escuelas para los niños de la calle, que allí se les llama huelepegas porque esnifan pegamento. Luego me lo agradecieron nombrándome visitante distinguido. P. El Salvador es un país al que está costando salir de la guerra civil. ¿Vivió usted la violencia? R. Hay ciertos riesgos y yo no pude pasear solo ni un día. Siempre fuí con escolta, porque todo el mundo tiene armas Hay bandas, maras, organizadas y muy peligrosas. Pero, la gente normal es muy buena y te engancha enseguida. P. Usted nació en Cáceres, vivió en Bilbao, a donde sigue viniendo, y viaja por el mundo ¿Se considera un emigrante o un viajero? R. Mi padre es portugués y con mi madre fue emigrante en Bilbao. Pero yo no creo en las fronteras. El año pasado los extremeños me declararon emigrante sin fronteras sin ningún voto en contra. Yo pienso que la tierra no es del que la pisa, sino del que la siente. P. Ahora que vive en Cáceres y vuelve a menudo a Bilbao, ¿cúal es la visión actual que se tiene fuera de Euskadi? P. Yo soy un defensor de Bilbao y de los vascos. Hasta el año pasado, cada vez que yo venía me decían: "ten mucho cuidado". La realidad estaba muy distorsionada por la violencia, pero las cosas han cambiado. Lo más importante es que a los vascos se les ve con ganas de salir adelante, de dejar la crispación. Ya no se baja la voz al hablar de algunos temas. Hay lugar para todos.
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