Sin testigos
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La sede de la misión de Naciones Unidas en Timor Oriental (Unamet), donde están refugiadas alrededor de 1.500 personas, fue objeto ayer de un fuerte tiroteo dentro de la campaña de terror desatada por los paramilitares. "Estamos bajo un fuerte tiroteo", dijo el jefe de la delegación de observadores portugueses para el referendo del pasado 30 de agosto, José Julio Pereira Gomes, según informó la agencia Lusa en un despacho procedente de Dili. "Aparentemente son disparos al aire, pero el tiroteo es muy intenso", señaló Gomes, ex secretario de Estado de Defensa. El objetivo de las milicias partidarias de la integración con Indonesia, cuyas tropas en Dili no impiden los ataques de los paramilitares, es conseguir que la ONU abandone Timor Oriental para actuar sin testigos, una vez que la mayoría de la prensa occidental ha abandonado la isla. Pero ayer, el portavoz de Unamet, David Wimhurst, descartó que la ONU abandone el territorio, aunque admitió que es posible que el personal menos esencial sea evacuado temporalmente.
Mientras, un grupo de estudiantes timorenses, con gritos de "asesinos, asesinos", intentaron entrar ayer en la embajada de EEUU en Lisboa, enfrentándose a los policías portugueses. Los jóvenes portaban una pancarta en la que se leía: "Los americanos son cómplices de los crímenes indonesios".
