La presión fiscal se elevó al 35,86% del PIB en 1998 y supuso casi 290.000 millones más

La presión fiscal ha vuelto a aumentar en España el pasado año, lo cual significa que el sector público se ha quedado con una porción más alta de los recursos generados por la economía. Según datos oficiales, la presión fiscal (impuestos directos e indirectos y cotizaciones sociales en relación al PIB) se elevó el pasado año al 35,86% del PIB, 0,34 puntos porcentuales y casi 290.000 millones de pesetas más que el año anterior. Mientras que los impuestos directos y las cotizaciones sociales bajaron su participación en el PIB, los indirectos, en especial el IVA, la aumentaron.

Los datos sobre presión fiscal figuran en el informe correspondiente a 1998 elaborado por la Intervención General de la Administración del Estado que, oficialmente, aún no se ha hecho público. El pasado año este informe se dio a conocer en el mes de mayo, y reveló que también en 1997 subió la presión fiscal. Los resultados contradicen una de las principales promesas electorales del Partido Popular. El primer Plan de Convergencia (1997-2000) del Gobierno preveía estabilizar los ingresos fiscales en relación al PIB, mientras que el revisado (1999-2002) estima un descenso de dos décimas en los tres años finales como consecuencia de la reforma del IRPF.

Sin embargo, en 1998 se ha producido un aumento de la presión fiscal, al pasar del 35,52% del PIB en 1997 al 35,86%. La presión fiscal mide la relación entre los recursos que obtienen las administraciones públicas (Estado, Seguridad Social, comunidades autónomas y ayuntamientos) y la riqueza generada por la economía. Los recursos se derivan de los impuestos (renta, patrimonio, capital, producción e importación) y de las cotizaciones sociales.

Estos recursos ascendieron el pasado año a 30,445 billones de pesetas, frente a los 28,418 de 1997. En relación al PIB supone un incremento de 0,34 puntos porcentuales, lo que se traduce en 288.665 millones de pesetas más. Para los cálculos del PIB correspondiente a 1997 y 1998 se ha utilizado la nueva contabilidad nacional, por lo que no es posible la comparación con ejercicios anteriores.

Aumento del consumo

Dentro del conjunto de ingresos, los impuestos ligados a la producción e importación (en especial el IVA) y los impuestos sobre el capital han aumentado su participación en el PIB, en 0,66 y 0,02 puntos, respectivamente. Por el contrario, los de la renta y el patrimonio y las cotizaciones sociales la han bajado, en 0,31 y 0,03 puntos en cada caso. Los impuestos ligados a la producción e importación han aumentado su recaudación un 13,4% el pasado año en relación a 1997, casi el doble del crecimiento económico (6,1% incluida la inflación), hasta alcanzar los 9,24 billones. Esto es debido al auge del consumo privado (5,5% en pesetas corrientes) y, sobre todo, al de las importaciones (10,8%). Dentro de este grupo de ingresos se incluyen los recursos aportados por España a la UE en concepto de IVA por valor de 572.500 millones de pesetas, cifra similar a la del año anterior.

Los impuestos sobre la renta y el patrimonio han aportado el pasado año 9,56 billones a las arcas públicas, un 3,3% más que el año anterior; es decir, por debajo del crecimiento de la economía (6,1%). El efecto positivo que tuvo el pasado año el aumento de los pagos a cuenta del impuesto de sociedades y de la recaudación por retenciones del trabajo por la mejora del empleo, ha sido contrarrestado por el descenso en los recursos por retenciones del capital mobiliario.

Esto último se ha debido a la bajada de los tipos de interés y al desplazamiento del ahorro privado hacia activos no sujetos a retención (fondos de inversión). También ha influido el hecho de que el pasado año se agilizaron las devoluciones del impuesto sobre la renta, cuyo plazo terminó el 31 de diciembre, un mes antes que en los ejercicios previos.

Igualmente influyó el hecho de que en 1997 se ingresaron 105.000 millones de pesetas por el gravamen sobre revalorización de activos en el impuesto de sociedades, que no ha existido en 1998.

También aumentaron por debajo de la economía los recursos correspondientes a cotizaciones sociales, cuya cifra se elevó a 10,8 billones de pesetas, un 5,9% más que el año anterior. Esta subida se corresponde con el incremento del empleo y con el aumento por encima de la inflación de las bases máximas de cotización por contingencias comunes de las categorías profesionales intermedias.