La Marcha de un Millón de Jóvenes reunió sólo a 3.000
La largamente anunciada y controvertida manifestación de la juventud negra e hispana reivindicando su poder en la sociedad norteamericana, discurría a últimas horas de ayer ordenadamente por las calles del barrio de Harlem, en Nueva York. Según cálculos preliminares de la policía, la manifestación reunió a unas 3.000 personas. La Segunda Marcha de un Millón de Jóvenes había suscitado el temor entre los vecinos y la policía de que desembocara en disturbios callejeros, como ocurrió el año pasado, cuando se lanzaron consignas de odio contra los judíos y los blancos anglosajones. "La Marcha del Odio", la ha llamado el alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, que se oponía vehementemente a su celebración e incluso había negado el permiso municipal, pero tuvo que ceder al ser autorizada por un juez federal, aunque no sin antes protagonizar un intercambio de insultos mútuos con el organizador, Khallid Abdul Muhammad. El año pasado, cerca de 6.000 jóvenes acudieron a la convocatoria. Muhammad increpaba a los jóvenes por los altavoces invitándoles a enfrentarse con la policía, cuando cerca de 3.000 agentes se lanzaron a la carga tras los insultos étnicos y el lanzamiento de botellas, sillas y otros objetos contra los escaparates. Se produjeron 28 heridos.
Ayer, al cierre de esta edición, no se habían producido enfrentamientos. Mailik Zulu Shabazz, uno de los organizadores, aseguraba a la televisión que iban en son de paz. "Los métodos pacíficos son más poderosos", decía. El despliegue de seguridad era muy inferior al de 1998, con la mitad de policías patrullando y menos barricadas entre las calles 118 y 124, donde transcurría la marcha.
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