Algo pasa
LUIS ÁNGEL HIERRO Con las elevadas temperaturas de agosto ha caído sobre la economía española un jarro de agua fría al conocer las cifras de desempleo de uno de los meses en los que tradicionalmente se reduce más el paro. Desde hace unos dos años se viene observando una cierta ruptura de la estacionalidad tradicional que se refleja en un adelantamiento de los tiempos, sobre todo en nuestra comunidad, que da como resultado una pérdida del compás de la evolución del paro entre Andalucía y el resto de España. De hecho han sido varios los meses en los que la evolución del paro ha sido significativamente distinta entre ambos, aunque normalmente habían sido los datos nacionales los que se habían mantenido más en consonancia con épocas pasadas. Sin embargo, en agosto se han invertido los términos, en Andalucía, como es normal, se ha reducido el desempleo, en unos 3.500 trabajadores, mientras que el total nacional ha subido en casi la misma cuantía. La explicación podría encontrarse en la mala evolución del sector industrial, que en Andalucía tiene menos peso que en el resto de España, y en que en la comunidad ha disminuido sensiblemente el paro en la construcción, a pesar del parón vacacional. A partir de aquí la cuestión es preguntarse si el dato es significativo a largo plazo. Es preferible esperar para ver lo que ocurre en otoño, que es la época que suele marcar los resultados del nuevo ciclo anual pero sí se puede señalar que puede estar produciéndose una alteración del comportamiento estacional del desempleo por motivos del bajo nivel del mismo, aunque también podría ser posible que estén comenzando a hacer efecto los avisos sobre una burbuja financiera.
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