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Reportaje:

Historias clínicas a la intemperie

Un segmento secreto de la reciente historia ciudadana y social de Mallorca de la década de los 80 ha salido de los archivos donde debía permanecer custodiado y ha aparecido en oferta pública en un puesto callejero, a ras del suelo, en el baratillo de Palma de Mallorca. Enfermedades episódicas, dolencias graves, intervenciones quirúrgicas o vicisitudes hospitalarias padecidas por varios miles de mallorquines -entre 3.000 y 4.000 personas-, han dejado de ser confidenciales y de pertenecer a la experiencia y el pasado íntimo de los afectados, su familia y los doctores que les atendieron.Toda esta voluminosa información médica sumaria, individualizada por pacientes, con nombres y apellidos, consta en el Libro de Registro de la Clínica Rotger, un archivo de ingresos, diagnósticos y operaciones que fue puesto a la venta, hace 12 días, en el rastro callejero de oportunidades de la capital balear, al lado de viejos tebeos, misales antiguos, postales usadas y novelas de oferta.

La amplia colección de datos sanitarios particulares quedó expuesta, casi olvidada, amontonada a los pies de la multitud. El volumen -un mamotreto de tres palmos de largo y dos de alto- se ofreció a la vista de decenas de coleccionistas, curiosos, compradores caprichosos u obsesivos recopiladores de cosas innecesarias.

El concurrido baratillo sabatino de Palma tiene en verano todas las características de un zoco populoso, una gran exposición a cielo abierto en la que los vendedores vigilan y presionan a los buscadores de tesoros que consultan los libros viejos, observan muebles en desuso, manosean las piezas en rebajas o regatean objetos de artesanía étnica a los inmigrantes africanos.

La fuga de información no ha sido detectada por los responsables de la Clínica Rotger, entidad hospitalaria privada. Al ser preguntados, dijeron desconocer el caso y las circunstancias por las que el volumen había ido a parar a manos ajenas y salido a oferta popular. Dos miembros de la clínica, propiedad del matrimonio de Fernando Rotger Salas y María Rosa Regis, que actúan de directores, atribuyeron el incidente a un posible descuido en el control de las mudanzas y las obras de derribo del antiguo edificio donde se asentaba la clínica. En 1990 los Rotger abandonaron el local que ocupaban desde 1944, compraron otro hospital mayor y destinaron el edificio original a una operación inmobiliaria. Meses atrás, se derribó la vieja sede habitada por gatos, maleza y algún marginado.

Sor Aina, una de las responsables de la gestión hospitalaria de la Rotger, detalló sobre el libro perdido: "Me extraña mucho. Todo la información médica privada o se guarda o se quema". Otro directivo apostilló: "Los libros de registro antiguos se conservan en el archivo. Puede que en algún sótano del viejo edificio se hubiera descuidado alguno. No lo creo. Indagaremos. ¿Dónde está el libro? ¿Lo tiene usted?". Es imposible saber quién posee el ejemplar y ahora curiosea el perfil y la identidad de los enfermos de Mallorca de los años ochenta, parte de los cuales debe seguir con vida. El ejemplar tiene unas 200 páginas, con anotaciones en cada cara para unos 30 enfermos, de quienes consta el nombre, fecha de ingreso, enfermedad, diagnóstico, tratamiento, el doctor encargado, el día del alta y las circunstancias de la misma. En la portada, impresa, figura la referencia: Clínica Rotger.

Éste no es el primer caso irregular de documentación confidencial e íntima que aparece en un puesto de almoneda: en marzo de 1994 EL PAÍS descubrió que fueron vendidos en el mismo rastro de Palma libros e historiales médicos del Hospital Psiquiátrico de Mallorca -una institución pública oficial- que contenía expedientes personales de enfermos mentales, así como de otros ingresados por represalia por razones políticas en plena guerra civil o desplazados por la familia. Semanas después llegaron al rastro libros de la biblioteca oficial de la Consejería de Sanidad de Baleares. En ambos casos, se supo que los volúmenes y papeles habían sido vendidos a un trapero para ser convertidos en pasta de papel o reciclados. El último papel curioso detectado fue la relación de masones de una logia de Palma, y papel carta y tarjetas de un histórico financiero de Mallorca.

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