El entorno del Kremlin prepara sacrificar a Yeltsin "por razones de salud"

Los problemas del presidente ruso, Borís Yeltsin, aumentan cada día. Ya no basta que a él, a sus hijas y a otros altos dirigentes se les acuse de estar implicados en casos de corrupción o de blanqueo de dinero, ni que sus enemigos políticos se unan. Ya es su mismo sillón presidencial el que peligra. Al menos, así lo afirmaba ayer el semanario Versia, según el cual el entorno del Kremlin estudia un plan para sacrificar a Yeltsin, ante el cúmulo de problemas que le acechan.

La fórmula que contempla ese plan es sencilla y creíble: el presidente sería obligado a dimitir por "razones de salud". Con ello se neutralizaría el último escándalo financiero que ha salpicado al Kremlin y quedaría al frente del Estado, con carácter interino, Vladímir Putin, el primer ministro, que, en su calidad de exdirector del Servicio de Seguridad, puede tener muchos hilos de la trama en sus manos.Mientras tanto, Alexandr Korzhakov, el exjefe de la Seguridad de Yeltsin, que escribió unas memorias sobre los entresijos del Kremlin, declaró ayer que si la fiscalía le interroga,sobre la situación financiera el tema de la familia presidencial, él está dispuesto a contar lo que sabe:"Tengo mucha información, pero cuando no tienes poder, es mejor guardar lo que sabes para después".

Pruebas de la fiscalía

Gueorgui Chuglázov -el fiscal que lleva el caso Mabetex, la firma suiza que hizo reparaciones en el Kremlin y en el Parlamento y que habría pagado millones de dólares en comisiones ilegales además de hacerse cargo de gastos personales de una hija de Yeltsin- declaró que el 90% de lo publicado con relación a la empresa es cierto. Chuglázov asegura que "la instrucción dispone de muchos documentos al respecto".

Sin embargo, Pável Borodín, que administra los bienes del Kremlin y figura como implicado, lo desmiente. "Le he pedido al fiscal que me muestre al menos una fotocopia de una tarjeta de crédito o de un acuse de recibo de dinero, pero no lo ha hecho, no me ha presentado ninguna prueba (...) Es que no tiene nada", dijo Borodín sobre los supuestos documentos de los que dispone la fiscalía rusa.

El administrador de los bienes del Kremlin arremetió además contra la fiscal suiza Carla del Ponte, que colabora con Chuglázov y con su colega Nikolái Vólkov, que lleva el caso Andava, la sociedad a través de la que se exportaron ilegalmente divisas de Aeroflot. "Trata de hacerse un nombre persiguiendo a gente famosa", dice Borodín de Del Ponte. La fiscal suiza pasará a presidir el próximo día 15 el Tribunal Penal Internacional de La Haya para juzgar los crímenes de guerra en la antigua Yugoslavia.

Borodin también señala que tras el escándalo sobre las cuentas en bancos suizos "se encuentran determinadas fuerzas políticas rusas interesadas en la carrera por la presidencia". El administrador del Kremlin se refiere, a los oponentes políticos de Yeltsin para las elecciones generales que se celebrarán el año próximo en Rusia: el alcalde moscovita Yuri Luzhkov, y el exprimer ministro Yevgueni Primakov.