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Adiós a la casa de fieras

El zoológico de Córdoba está de enhorabuena. La hipopótama dio a luz hace apenas un mes, y el pasado 13 de junio nacía un ejemplar de mandril de difícil reproducción en cautividad. Estos dos hechos, que no pasan de ser meras anécdotas, ilustran simbólicamente el proceso de remodelación que el Ayuntamiento de Córdoba, propietario de las instalaciones, pretende acometer en el parque. Tras un periodo de episodios negativos -baste recordar las muertes de la anterior cría de la hipopótama o la del celebre chimpancé Bartolo, que llegó incluso a originar la intervención del Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, y de la propia fiscalía-, los responsables pretenden cambiar el concepto del zoo para adaptarlo a los tiempos actuales. Los 31 años pasados desde la inauguración del recinto han dejado obsoletas la mayor parte de las instalaciones. La reforma prevista contempla la eliminación de algunas jaulas, una cuidada selección de los animales y la cesión de mayor espacio para la fauna. Como primera medida, y con carácter urgente, se ha empezado la construcción de las nuevas dependencias de la elefanta. En seis meses, con la llegada del nuevo año, el animal disfrutará de un espacio de 1.200 metros cuadrados, cinco veces más que las dimensiones de su antigua jaula. Por si fuera poco, el nuevo recinto estará equipado con piscina y los barrotes, que hasta ahora separaban al paquidermo del público, serán sustituidos por un foso de seguridad. Esta remodelación, que costará unos 36 millones de pesetas, ha sido la primera de una serie de medidas que, con un presupuesto de 300 millones de pesetas, pretenden acondicionar el zoológico a la actual normativa comunitaria en un plazo de tres años. El nuevo parque ofrecerá un marcado carácter educativo e investigador y ahondará en la conservación de especies en peligro de extinción, tal y como recomienda la normativa europea. Para adaptarse a su nueva personalidad se prevé la creación de un aula de la naturaleza dotada con salón de actos, biblioteca y un centro de exposiciones. Para permitir la obras de acondicionamiento del parque se ha optado por la reducción y racionalización del número de animales. Así, se han suprimido algunas especies y, sobre todo, se ha reducido el número de ejemplares de algunas que estaban sobredimensionadas. Especialmente llamativo era el caso de la colonia de pecaríes -especie de jabalí de origen americano-, que se ha reducido a 18 ejemplares, después de la cesión realizada por el zoológico cordobés de más de 100 animales a otros parques españoles. Las seis hectáreas del parque albergan ahora 50 especies diferentes y un total de 250 animales. Una vez concluida la reforma, el número de especies aumentará significativamente, teniendo como referencia el medio millar que pueden llegar a acoger parques de similares características, según explica Francisca Castro, bióloga de la comisión científica encargada de la remodelación. El concejal de Infraestructuras y Medio Ambiente, Andrés Ocaña, se muestra confiado en recuperar como lugar atractivo para el público el recinto, que el pasado año registró el menor número de asistentes de su historia. Si en 1990 se superaban los 220.000 visitantes anuales, el pasado año apenas se rozaron los 40.000. Todo ello, dando de lado al antiguo concepto de casa de fieras y potenciando un parque más educativo, de espacios abiertos y contacto directo con la naturaleza.

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