La policía investiga dos laboratorios ilegales dedicados a adulterar gasóleo para su venta
La policía mantiene abierta una investigación ante los indicios de que en dos localidades de Madrid operan sendos lavaderos clandestinos de gasóleo. En ambas instalaciones se manipulan miles de litros de combustible de tal forma que se logra enmascarar para la automoción el gasóleo de uso agrícola (32 pesetas más barato). El resultado es que Madrid, la comunidad con el gasóleo más caro de España, soporta un fraude que arrebata al fisco un buen pellizco (un millón de pesetas por cisterna), genera una competencia desleal y es un timo para el consumidor.
La Unidad de Fraude Fiscal tiene en su punto de mira dos centros donde, según los primeros indicios, se transforma gasóleoB, destinado a maquinaria agrícola y de construcción, en gasóleo A, de automoción. Ambos lavaderos se hallan suficientemente aislados para que cualquier visita dispare las alarmas. Los policías, no obstante, han comprobado que camiones procedentes de Cuenca y de otros puntos llegan a tales industrias, descargan su mercancía y la vuelven a llenar al cabo de 12horas. Tan extraña maniobra responde supuestamente al tiempo que precisa el empresario para filtrar el gasóleo B y retirarle su colorante rojo. "Varias personas que trabajan en el sector nos han dicho que ahí se lava el gasóleo, y sólo así cabe explicar tal descarga y carga del mismo camión cisterna, pero para obtener pruebas necesitaríamos órdenes de registro y los datos contables de la empresa", asegura un policía. Y ahí surgen los obstáculos. Los agentes que investigan este fraude aseguran que los jueces son remisos a concederles órdenes de registro y de intervención telefónica. Y, según su relato, Hacienda se resiste a entregar los datos fiscales.Con las cifras de entradas y salidas del gasóleo resultaría fácil, según la policía, acreditar que venden un gasóleo de automoción que nunca compraron. "Este tipo de gasóleo va a parar a gasolineras aisladas, con pocos testigos. Se descarga la mercancía de noche. Cada camión cisterna, que transporta 30.000 litros, supone un beneficio para la red de un millón de pesetas por el impuesto impagado. No sólo se ahorran las 32pesetas de diferencia de impuesto especial entre uno y otro, sino que pagan un IVA más barato, ya que repercute sobre una cifra inferior", explican fuentes policiales.
60.000 litros al día
Una de las redes la dirige supuestamente un empresario con intereses en el sector de la construcción. La otra red dispone de laboratorios en Madrid y Toledo. En una sola jornada, uno solo de estos centros puede lavar dos cisternas: 60.000 litros fraudulentos, lo que implica una pérdida para el fisco de dos millones de pesetas. Antonio Onieva, directivo de la patronal gasolinera en Madrid, corrobora la existencia de gasóleo lavado en Madrid. "A mí, un cliente del sector de transportes me dijo que se le había ofrecido gasóleo con un descuento de casi 16 pesetas, pero que tendría que pagar en metálico cada cisterna, y sin facturas. Le dije que se informara sobre el proveedor porque esos precios eran imposibles. Por mucho que queramos abaratar, hay costes fijos y a esas cifras no podemos llegar. Hace falta entrar en el fraude para permitirse tales rebajas".
Inspección sistemática
Este tipo de fraude, según Onieva, se acabaría con una inspección sistemática sobre los camiones cisterna y los puntos de venta. De hecho, el proceso de lavado retira el color rojo del gasóleo B, pero no el trazador, una sustancia química que permanece imborrable tanto en el combustible como en sus recipientes. Bastaría con recoger muestras para, tras analizarlas, detectar las redes que lo comercializan."Sospechamos que esta actividad tiene una importancia mayor de lo que parece. De manera continua, tenemos noticias de que se están ofreciendo precios que no coinciden con la realidad del mercado, y esto nos hace pensar que este tipo de actividades se siguen produciendo", añade Onieva.
"Hay tres vías fundamentales de distribución de gasóleo de automoción. Una son las estaciones de servicio; pero ahí es muy dificíl vender porque tienen mucho control de las petroleras. Excepto de las blancas, las que no están abanderadas", explica este directivo de la patronal gasolinera. "Pero hay dos canales más. Uno es el de los consumos directos. Los transportistas, a partir de cierto tamaño, tienen sus propios depósitos. Eso suele ser una vía bastante fácil para colocar ese tipo de gasóleo. Quizá el transportista no sabe que es gasóleo lavado, sino que le tientan con una oferta. Otra vía son los puntos de venta piratas, y las cooperativas, donde no existe acto mercantil de venta, sino que se considera autoconsumo, lo que impide el control fiscal", concluye Onieva.
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