El plan propone el cambio de la milenaria Cañada Real
Un área de Valdemingómez al que el plan de regeneración dedica especial atención es la Cañada Real Merina, la antigua vía pecuaria utilizada por pastores trashumantes desde hace centenares de años. Los pastores y sus ovejas bajaban de las estepas castellanas en otoño en dirección a Extremadura, hacia los pastos situados al sur; en primavera cambiaban de sentido, pero no de camino. Así ocurrió hasta finales del siglo pasado. Actualmente, esta vieja vía, propiedad de la Comunidad de Madrid y, en teoría, terreno protegido y salvaguardado por la ley de edificios y construcciones, presenta, a su paso por el erial de Valdemingómez, un aspecto parecido al de una avenida: a uno y otro lado se erigen casas, chalés, talleres, granjas y pequeñas fábricas. Desde hace 25 años, unas 2.000 personas ocupan esta franja de terreno, de unos cuatro kilómetros de largo.El concejal de Medio Ambiente, Adriano García-Loygorri, del Partido Popular, reconoce que desalojar a las 400 familias que llevan desde 1974 viviendo allí "es un problema bastante grande, una decisión difícil, y algo que hay que pensarse despacio". Así que el gobierno municipal ha tirado por la calle de en medio: como no se puede limpiar, se reubica: el futuro tramo de Cañada Real a su paso por Valdemingómez discurrirá a través del parque, y no como ahora, que sirve de frontera a la zona.
El trazado de esta nueva Cañada Real, repleto de meandros y curvas, recorre todo el área que se piensa rehabilitar. La intención de los técnicos municipales es que el descendiente de la vía que sirvió de camino para los ganados trashumantes cuente con un carril para bicicletas.
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