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El Ayuntamiento transformará en un bosque recreativo el vertedero de Valdemingómez

El parque, seis veces y media mayor que el Retiro, tendrá merenderos y 'carriles bici'

Antonio Jiménez Barca

En un paraje de 840 hectáreas (seis veces y media El Retiro), denominado Cumbres de Vallecas y Valdemingómez, en el sureste de Madrid, se amontona todo lo que nadie quiere para su barrio: un vertedero de basuras inmenso y casi agotado, canteras, terrenos que soportarán las basuras orgánicas y los escombros de la ciudad durante los próximos 30 años, y una franja de viviendas construidas ilegalmente. El Ayuntamiento ha puesto en marcha un proyecto, con un coste de 29.000 millones, para regenerar ese inmenso erial y convertirlo en un área no sólo habitable, sino también recreativa.

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El plan propone el cambio de la milenaria Cañada Real

El proyecto, elaborado por la Gerencia de Urbanismo, parte de una idea del concejal de Medio Ambiente, Adriano García-Loygorri, que reconoce la deuda que la ciudad tiene con esta zona y con los vecinos del área aledaña. "Durante muchos años, esta parte de la ciudad y los que habitan cerca han soportado las basuras de todo Madrid; es hora de que se haga algo con ellos". El objetivo final es convertir este estercolero gigantesco en un no menos gigantesco bosque con merenderos, carriles bici, lagunas artificiales con patos de verdad, circuitos para amantes del footing y de los paseos. Sin embargo, los pasos previos no están tan claros: "Sabemos el qué y un poco el cómo, pero no sabemos el cuándo y muy poco el cuánto", explica el edil.El lugar exacto que incluye el plan limita al norte con la carretera de Valencia; al este con el término municipal de Rivas-Vaciamadrid; al sur con el término municipal de Getafe y al oeste con la Cañada Real Merina.

El proyecto se llevará a cabo por etapas. En la primera, que se terminará a lo largo de esta legislatura, se plantarán árboles de dos metros de alto en el tramo de la Nacional III que limita con la zona, a fin de proteger ésta del ruido de los coches. Al lado de esta pantalla, donde empezará el futuro parque, está previsto que se construya un aparcamiento [ver gráfico] y, pegado a éste, un merendero.

Descampado

Actualmente, esta zona no pasa de ser un descampado de matorrales achicharrado. Al lado de este descampado se encuentra una colina de aspecto siniestro que, en el fondo, es una montaña de basura solidificada y antigua, un vertedero cerrado hace más de 20 años. Según el plan del concejal de Medio Ambiente, esta montaña se convertirá en un parque forestal con especies vegetales "autóctonas".Pero la transformación mayor vendrá cuando el actual vertedero de Valdemingómez, aún en funcionamiento, megabasurero que ha servido de destino final de todos los desperdicios de la ciudad desde 1977, se convierta en un bosque con partes reservadas a los fanáticos del aeróbic o del footing.

El plan ya tiene en cuenta que el vertedero de Valdemingómez, abarrotado, está a punto de cerrarse. Para que esto ocurra, es necesario que se abra el sustituto, el denominado macrovertedero de la empresa Vertresa, propiedad de los Albertos. El Ayuntamiento calcula que en el principio del otoño, los camiones de basura ya alimentarán el nuevo vertedero.

Proceso de transformación

Entonces comenzará el proceso de transformación: las 180 hectáreas de superficie del vertedero de Valdemingómez se convertirán en un bosque tapizado de retama, tomillo, lavanda, espliego, aulaga, pinos, carrascas y encinas. Según apunta el plan redactado, el bosque que surgirá del vertedero contará con dos zonas: una de acceso público con merenderos, bancos para sentarse, áreas de juegos infantiles, aseos, espacios ajardinados; la otra zona será de acceso restringido, a fin de garantizar la protección.El plan asegura que esta fase también puede estar terminada en los próximos cuatro años. Además de este bosque, la zona contará, según se especifica en el proyecto, con un par de lagunas artificiales para el descanso de las aves. Las sucesivas fases, que no tienen fecha todavía, se encargarán de regenerar los terrenos contiguos a este vertedero, e incluso al vertedero de los Albertos, que estará en funcionamiento, recogiendo basuras de la ciudad, hasta el 2030.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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