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El AVE aspira a asumir el 70% de los viajes entre Madrid y Valencia en el año 2015

El tren de Alta Velocidad entre Madrid y Valencia aspira a asumir el 70% de los desplazamientos entre Madrid y Valencia en el año 2015, según sendos estudios elaborados por el Ministerio de Fomento y la Universidad de Valencia. Ahora, la cuota de viajes en tren ronda el 15% -por encima de la media estatal del 8%-, frente a un 70% de desplazamientos por carretera. El volumen de desplazamientos entre Madrid y Alicante es ligeramente superior en la actualidad, pero el porcentaje de usuarios que optarán por el tren dentro de 15 años queda estancado en torno a un 40%.

La Universidad de Valencia estima en torno a 3,3 millones el número de desplazamientos que se registran anualmente en la actualidad entre Madrid y el área metropolitana de Valencia. Entre Madrid y Alicante, el volumen asciende a 4,7 millones de desplazamientos. Valencia sólo iguala ese volumen si se amplía el ámbito territorial desde Castellón hasta Gandia, aproximadamente. Los datos coinciden con los registrados por la Dirección General de Tráfico en la A-III. De los 31.356 vehículos que salieron de Madrid hacia la costa más cercana el pasado 13 de agosto, el 44% se desvió en Honrubia hacia Motilla del Palancar, en dirección a Valencia, mientras que el 56% siguió hacia La Roda, en el camino hacia Alicante. Sin embargo, la Universidad de Valencia estima que dentro de 15 años, el volumen de desplazamientos entre Valencia y Madrid llegará a nueve millones anuales, frente a siete millones entre Madrid y Alicante. Y más aún, establecen que la cuota de viajeros que optarán por el tren entre Madrid y Valencia llegará al 70%, mientras que sólo el 40% utilizará el tren para desplazarse entre Alicante y la capital. Los estudios del Ministerio de Fomento van en la misma dirección, incluso reducen la cuota de viajes en tren entre Madrid y Alicante a un 30%. La Comunidad Valenciana alberga el mayor número absoluto de segundas residencias de toda España con 543.967. Pero en Valencia, la mayoría de propietarios de segundas residencias proceden de la misma provincia, mientras que en Alicante proceden de otros lugares de España. Eso explica que el tráfico entre Madrid y Alicante sea superior, pero también es un argumento a favor del automóvil. La mayoría de desplazamientos a una segunda residencia responden a periodos de vacaciones. El coche se hace más cómodo por el volumen de equipaje y, sobre todo, porque una vez en destino se convierte en un instrumento útil. El estancamiento de los viajes entre Madrid y Alicante frente al crecimiento entre Valencia y la capital responde a la misma razón. La capacidad turística de Alicante no puede crecer exponencialmente, ni "los madrileños se van a duplicar", como comentan jocosamente fuentes de la Universidad. Los datos hay que cruzarlos con el umbral de rentabilidad de los trenes de alta velocidad. Según los informes elaborados por la OCDE, el AVE es rentable si desplaza algo más de dos millones de viajeros al año. Si todos los días del año partieran 12 trenes de 350 plazas en ambas direcciones con un 70% de ocupación se alcanzaría ese umbral de rentabilidad. El tren Euromed que cubre el trayecto entre Valencia y Barcelona, con 12 servicios diarios de los cuales la mitad llegan a Alicante, espera alcanzar el millón de viajeros durante el presente año. Si el AVE entre Madrid y Valencia cubre las expectativas en el 2015, el avión sufrirá un retroceso definitivo. En la actualidad, el 30% del tráfico del aeropuerto de Manises corresponde a viajes entre Valencia y Madrid. Si el AVE ofreciera un buen servicio a Castellón, la instalación aeroportuaria que pretende desarrollar Carlos Fabra, presidente de la Diputación, probablemente carecería de sentido. El propio José Luis Gimeno, alcalde de Castellón, hizo unas declaraciones en ese sentido hace un año. De hecho, desde que entró en funcionamiento el tren Alaris entre Valencia y Madrid y se completó la autovía, el volumen de viajes en avión entre ambas ciudades ha descendido más de un 15%. El caos de tráfico aéreo registrado en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, también ha sido un factor clave en ese descenso. El éxito del AVE en toda Europa se basa en los trayectos no superiores a 500 kilómetros, que permiten cubrir el viaje en dos horas. El servicio de TGV entre París y Lyon constituye el caso ejemplar. Los 30 millones de usuarios que se desplazan anualmente entre ambas ciudades han descubierto que resulta muy cómodo madrugar un poco para hacer las gestiones oportunas en destino y volver a dormir a casa en el mismo día.

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