95.000 campesinos entran en Brasilia para protestar contra Cardoso
Más de 95.000 campesinos llegaron de todos los rincones del país para protestar contra la gestión del presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, en lo que supuso el mayor acto de protesta desde su elección en 1995. Los manifestantes exigían un Brasil más igualitario, justicia para los supuestos asesinos de 19 campesinos (el crimen se está juzgando), y una comisión para investigar presuntas corruptelas gubernamentales. Recogiendo el sentir de los manifestantes, Vicente Paulo da Silva, presidente de la Central Única de Trabajadores, con 8,5 millones de militantes, dijo: " Tenemos dignidad y vergüenza. Hemos venido gritar para que nos oigan los que gobiernan de espaldas al pueblo". Previamente se había guardado un minuto de silencio por la matanza de los 19 campesinos del Movimiento de los Sin Tierra de Carajás. Y luego, un torrente de protestas contra la sentencia que absolvió a los tres oficiales que habían mandado el pelotón de policías.Los manifestantes no pudieron llegar hasta el Parlamento y tuvieron que concentrarse ante la Catedral de Brasilia. Sólo una representanción de diputados y de diversas asociaciones civiles y religiosas fueron recibidos en la Cámara, donde entregaron un documento con reivindicaciones y 1.300.000 firmas que piden que se abra una comisión parlamentaria para depurar presuntas ilegalidades en la privatización de la compañia telefónica Telebrás y las posibles responsabilidades de Cardoso.
El presidente de la Cámara, Michel Temer, alabó el carácter pacífico de la marcha, y Luiz Inácio, Lula, presidente del mayor partido de la oposición, subrayó que habría acudido menos gente a la marcha de los cien mil sobre Brasilia si el Gobierno no hubiese provocado a los trabajadores tildándola de golpista.
Empalizadas policiales
La policía retrasó la marcha colocando empalizadas en las carreteras. Ante las protestas de los organizadores por las dificultades , el nuevo ministro de Justicia, José Carlos Dias, con fama de limpio pasado democrático, apareció a las siete de la mañana en televisión para comunicar que había dado orden tajante a la policía para que no dificultara la entrada de los campesinos a Brasilia. "El Gobierno sabe que esta marcha es un desafío", dijo, "pero la esencia de la democracia es aceptar pacifícamente todo tipo de desafíos".La oposición insistió en que el hecho de no haber conseguido un documento de reivindicación unánime revela "sentido democrático" y no desunión en la izquierda. El ministro de Economía, Pedro Malán, se apresuró a decir que la marcha "no iba a cambiar en nada la política económica" del país.
La protesta ha creado gran tensión. El Gobierno la calificó de "golpista" y la oposición centró a protesta en que se impulsara una moción de censura contra Cardoso. La noche anterior, en el Parlamento y ante las cámaras de televisión, el representante del Gobierno, Arthur Vigilio Neto, casi llegó a las manos con el líder de la oposición, José Genoino.
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