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ABECEDARIO ANDALUZ X, en sintaXis

A. R. ALMODÓVAR La apretada carrera que llevamos en esta serie nos obliga a tomar parada y fonda, siquiera momentáneas, en la x del interior de sintaxis, para poder decir algo acerca de éste todavía gran enigma del andaluz. Y algo también de su plano ribereño, la morfología. Es decir, qué usos gramaticales aplicamos especialmente a la construcción de la frase, y a la manera de entender el mundo, claro. Casi ná. Tanto, que los estudios andan todavía en pañales, pese a que de siempre se ha tenido la intuición de que por ahí debe andar parte importante de nuestra personalidad lingüística. A no otra cosa parece referirse don Juan Valera cuando escribe: "No poca gente de Castilla pudiera ir por allá [por Andalucía], a aprender a hablar castellano, ya que no a pronunciarlo". Como el magnífico regalo que nos hizo en 1980 don Gonzalo Torrente Ballester (aquel también magnífico Catedrático de Instituto, para oprobio de todas las Universidades): "Es en Andalucía donde mejor se habla el español... Lo que siento es no estar aquí para aprenderlo". Pero el inventario de peculiaridades morfosintácticas es, por ahora, escaso: algunos cambios de género para expresar cosas distintas en algún orden: el caló/la caló; el mar/la mar. Suprimir la preposición en los complementos del nombre: el puente Triana, un vaso agua, la Niña la Riá (Málaga), papel periódico (Carlos Fuentes en su última, excelente novela). La eliminación del vosotros en casi todo el occidente, democratizando el ustedes, en dos posibilidades: ustedes saben, ustedes sabéis (la segunda menos prestigiada). Dámaso Alonso era un admirador de esta revolucionaria simplificación que, como la del seseo, o la del yeísmo, también exportamos a América, y que actualmente se va extendiendo al singular: "Esta falda te queda estupendamente", dirá hoy una empleada joven a una clienta señora mayor, licenciando el usted a mejor vida. Y sin falta de respeto. Pues también se acumulan las estrategias corteses en la sintaxis coloquial: no sé, me figuro, ¿verdad?, personalmente... Algunos usos adverbiales y adjetivos muy expresivos: Ese anda malamente; venían vestidos iguales; encima mía, detrás tuya (que algunos maestros se empeñan en corregir, como si no se entendiera); o el gerundio con diminutivo: estoy deseandito verla. Del diminutivo andaluz ya hablamos en la E. La estrella de este nivel es sin duda la exactitud en el uso de los pronombres le, la, lo, con preferencia loísta muy andaluza: Lo han cogido preso. Pero lo que no escucharemos jamás es a un andaluz laísta: la hice un regalo, que, aunque algunos madrileños no lo sepan, significa en español "la convertí en un regalo", cosa que no creo guste mucho a las feministas. Rara será también esta incorrección en el español de futuro, en el atlántico, por su base andaluza. Menos mal.

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