'Minimalismo' monetario
ALAN GREENSPAN, presidente de la Reserva Federal estadounidense (Fed), tiene un estilo peculiar y efectivo. Ha conseguido que sus declaraciones, advertencias e incluso sus gestos tengan un valor para los mercados semejante a las variaciones efectivas en los tipos de interés. De forma que los agentes económicos, sean estadounidenses, europeos o japoneses, tienen tiempo para debatir y asimilar las variaciones en los tipos de interés e incluso las interiorizan como si fueran propias. Éste es el caso de la subida de 0,25 puntos del tipo de interés a corto plazo, para situarlo en el 5,25%, decidido ayer por el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal. Es un encarecimiento esperado prácticamente desde que, el 30 de junio pasado, Greenspan y sus colaboradores decidieran otra subida similar. Las bolsas y los mercados de divisas han tenido tiempo de asimilar y descontar el aumento sin trauma alguno; a efectos de impacto sobre los inversores, es como si la subida se hubiera dosificado durante dos meses.El encarecimiento del precio del dinero no es un cambio radical en la política monetaria de la Fed ni responde a la existencia de tensiones inflacionistas explícitas en la economía norteamericana. La evolución de los precios provoca más bien vagas aprensiones, reforzadas por la baja tasa de desempleo (4,3% en julio), pero no temores auténticos. Greenspan pretende cortar de raíz las expectativas de inflación, instalada ahora en un razonable 2,1% de tasa anual, por el procedimiento de advertir a los agentes económicos y sociales de su vigilancia constante. Con su endurecimiento en pequeñas dosis, Greenspan simplemente está recuperando los tres cuartos de punto rebajados en otoño con un goteo que no asuste a los mercados, suficientemente castigados por otros problemas.
Los efectos de esta subida sobre la economía mundial tampoco serán espectaculares. Es de manual que el dólar suba o al menos se estabilice. El Banco Central Europeo (BCE), que no practica el minimalismo monetario de Greenspan, no se sumará a la tendencia de elevar los tipos de interés mientras no se confirme que la economía alemana se recupera. Los mercados tampoco tienen razones para reaccionar de forma estrepitosa. La política de control anticipado de la inflación tiene, entre otras virtudes, la de evitar cambios bruscos en la situación económica y financiera mundial. Al menos por el momento.
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