Sanidad adelanta a los cuatro años la vacuna infantil de la triple vírica

Los niños madrileños tendrán que visitar su centro de vacunación cuando cumplan cuatro años. Hasta ahora, el suministro de vacunas presentaba una holgada tregua entre los 18 meses y los seis años, pero el panorama cambiará a partir de otoño. La Consejería de Sanidad ultima un nuevo calendario por el que la segunda dosis de la triple vírica (sarampión, rubéola y paperas), que hasta ahora se suministra a los 11 años, se adelante hasta los cuatro. El objetivo: erradicar el sarampión para el 2007.

El calendario de suministro de vacunas, un servicio gratuito e indispensable para los 45.000 niños que nacen cada año en la región, es un cuadro en permanente movimiento. Hace poco más de un año, la Dirección General de Salud Pública decidió incluir el antídoto contra la Haemophilus influenzae tipoB, una modalidad de meningitis poco frecuente, pero peligrosa. Hasta entonces, los padres que quisieran proteger a sus hijos contra esta enfermedad debían comprar por su cuenta la vacuna, que costaba poco menos de 3.000 pesetas.En aquel momento se supuso que el calendario de vacunaciones no se volvería a modificar en una buena temporada, pero tal pronóstico no se va a cumplir. En cuestión de uno o dos meses, el nuevo equipo de la Consejería de Sanidad publicará una orden por la que el suministro de la segunda dosis de la triple vírica se adelante muy considerablemente, de los 11 años a los cuatro.

La triple vírica, que comprende la inmunización frente al sarampión, la rubéola y la parotiditis (paperas), se suministra por vez primera cuando los bebés cumplen 15 meses, mientras que la segunda dosis ha de esperar a los 11 años, cuando al niño también se le inyectan las tres dosis contra la hepatitis B.

"Los estudios de la Organización Mundial de la Salud y la experiencia en la propia Comunidad de Madrid han puesto de relieve que el lapso entre la primera triple vírica y la segunda era excesivo", apuntó el nuevo consejero de Sanidad, Juan Ignacio Echániz. "Por ello", remachó, "conviene que el organismo genere los anticuerpos con más antelación. Ahora es improbable que un niño desarrolle la rubéola con, por ejemplo, ocho años, pero con la nueva distribución de vacunas lo será aún mucho más".

La novedad en el suministro de vacunas no supone esta vez un mayor desembolso para las arcas regionales. La inclusión de la haemophilus elevó la factura de "actividades preventivas de inmunización" en unos 150 millones de pesetas al año, hasta alcanzar los 840,6 millones.

Coste

De esta factura, 161 millones corresponden a las 310.000 dosis contra la gripe que en otoño se ponen a disposición de los mayores de 65 años, mientras que otros 22 millones son los de la hepatitis B para adultos. El coste por año de las vacunaciones específicamente infantiles se eleva, pues, a 558 millones. En un futuro cercano, no obstante, el calendario de vacunas puede experimentar otras modificaciones que sí eleven la inversión de la Administración regional en este capítulo. Por un lado, los expertos en salud pública estudian, en colaboración con las sociedades científicas, la conveniencia o no de introducir en el protocolo de vacunas la tristemente famosa meningitis meningocócica de tipo A y C, para la que se decretó una inmunización masiva en 1998. Ahora, de momento, sólo se presupuestan 15.000 dosis anuales, ya que la vacunación o no es una decisión voluntaria de los padres.Por otra parte, también se estudia la inclusión de la vacuna acelular de la tos ferina, una enfermedad contra la que ya se actúa a los dos, cuatro, seis y 18 meses. La ventaja de la nueva variedad de vacuna respecto a la todavía vigente estriba en que carece casi por completo de efectos secundarios, mientras que la actual puede provocar, en algunos casos, el enrojecimiento en la zona del pinchazo y unas pocas décimas de fiebre.

En cualquier caso, el nuevo titular de Sanidad proclamó su intención de "no ahorrar ni una sola peseta" en la mejora del calendario vacunal.