La 'limpieza étnica' en Kosovo sólo ha dejado 30.000 serbios, según ACNUR
Kosovo se está quedando sin serbios. "A un éxodo [el de la población albanokosovar] le ha seguido otro", se lamentó ayer en Ginebra Kris Janowski, portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), quien añadió que de los más de 200.000 serbios que residían en la provincia antes de la guerra, sólo quedan unos 30.000. También ayer trascendió la investigación de un experto de la ONU, quien asegura que el Ejército yugoslavo usó armas químicas contra la guerrilla del ELK.
Las últimas publicadas de Belgrado, que ACNUR no ha confirmado, revelan que desde junio casi 195.000 serbios han abandonado Kosovo camino de Serbia y Montenegro, la mayoría inmediatamente después de que finalizaran los bombardeos de la OTAN y comenzaran los enfrentamientos con los albanokosovares que retornaban a sus hogares. Sólo tres poblaciones del extremo norte de la provincia, cerca de Serbia, tienen aún una población considerable de serbios.Aunque durante varias semanas ACNUR se negó a facilitar la evacuación de serbios de Kosovo para no ser acusada de contribuir a la limpieza étnica de los albanokosovares, las amenazas recibidas por los serbios y los múltimples casos de asesinatos cometidos en represalia, impulsaron a esta agencia de la ONU a colaborar para salvarlos.
La contrapartida a la inminencia de un "Kosovo vacío de serbios" es que está disminuyendo el número de crímenes. "En los últimos diez días no hemos sabido de asesinatos u otras atrocidades, que antes solían suceder casi a diario", reconoció Janowski. "La situación está mejorando lentamente".
Pero los gitanos tampoco se sienten seguros. Los albanokosovares les acusan de colaborar con los serbios, y se juegan la vida por huir del país. Ayer fueron rescatados los cadáveres de 33 gitanos en aguas de Montenegro, según informó el adjunto al ministro del Interior, Vuk Boskovic. Se dirigían hacia Italia, a donde llegaron 1.470 gitanos kosovares la semana pasada. Iban en un barco con otras 70 personas que aún no han aparecido.
También se empiezan a conocer más detalles sobre los métodos empleados por las autoridades yugoslavas durante la guerra. Un asesor científico de la ONU asegura que usaron armas químicas contra los guerrilleros del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) de Hashim Thaçi. Las acusaciones, que supuestamente se encuentran bajo investigación del FBI (policía federal de EEUU), se recogen en el último número de la revista británica de Defensa Jane"s Defence Weekly.
El experto en toxicología Aubin Heyndrickx fue invitado en mayo por el ELK a Tirana para examinar a 20 pacientes de la guerrilla. Ahora, Heyndrickx asegura que ataques de esta clase se produjeron desde mediados de abril hasta la entrada de las tropas de la OTAN en junio. El científico no ha podido identificar exactamente el gas usado pero afirma que pertenece al "grupo BZ". Este compuesto -"nunca visto antes y desconocido para la OTAN", dice- afecta al sistema nervioso central y vuelve a las víctimas "completamente locas".
Según los datos de Heyndrickx, el Ejército serbio ha venido utilizando armas químicas que afectan al sistema nervioso, incluido gas sarín -el mismo usado en marzo de 1995 por la secta japonesa de La Verdad Suprema en el metro de Tokio-, desde comienzos de los noventa, con efectos sobre más de 4.000 personas, principalmente niños. Aunque Yugoslavia ha sido acusada de tener almacenadas armas químicas, tanto la ONU como la OTAN dicen carecer de pruebas.
Por otra parte, los habitantes de la población kosovar de Orahovac continuaban ayer bloqueando la entrada de las tropas rusas de la Kfor que debían haberse encargado de la custodia del pueblo el lunes en relevo de un contingente holandés.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.