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Un anciano ingresa en un hospital de Sevilla con el cuerpo lleno de hormigas

Miguel, un anciano de unos 80 años, ingresó en la madrugada del pasado lunes 16 de agosto en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, con una infección en la sonda por la que era alimentado. Hasta ahí, nada extraño en Urgencias. Lo que llamó la atención del personal que le atendió fue que su piel estaba repleta de hormigas que incluso salían de la sonda infectada. La residencia de ancianos en la que vive esta persona, en Dos Hermanas, fue denunciada por el hospital y Asuntos Sociales ordenó ayer su cierre cautelar.

Miguel tenía una infección en la sonda gastroctómica por la que recibe alimentación líquida. Por esa vía, que conecta con su estómago, habían llegado a introducirse las hormigas que recorrían su piel. Las circunstancias preocupantes del caso se agravaban por la falta de cuidados que presentaba el paciente que se manifestaba en el estado de suciedad y acumulación de los pañales que traía, que parecían no haber sido cambiados en varios días. El centro médico presentó ese mismo día un parte de lesiones ante el juzgado de guardia. Miguel vive en la residencia La Alegría de Vivir, en la calle Caballero del Pilar, 6, en Fuente del Rey, Dos Hermanas. El asilo está regentado por Encarnación Ruiz Cansino, que ayer se encontraba de viaje y que, según algunos vecinos, "estaba muy deprimida". Tras ser dado de alta el mismo lunes, el anciano fue devuelto al centro del que procedía. La Consejería de Asuntos Sociales informó ayer de que este asilo ni es legal ni ha solicitado su inclusión en el registro oficial. El Ayuntamiento de Dos Hermanas ha confirmado que el centro carecía incluso de licencia de apertura. Pese a la ilegalidad de la residencia, Asuntos Sociales no inspeccionó la misma hasta ayer, tras enterarse del caso por medio de la cadena SER, que el domingo había adelantado esta información. José Luis Aguilar, el inspector que visitó la residencia ayer, dijo que el centro "ni reúne ni reunirá en un futuro próximo las condiciones necesarias para su legalización". Esa falta de condiciones saltaban a la vista y, sobre todo, al olfato, por el fuerte olor a orina que salía a través de la ventana del asilo. La Consejería ordenó ayer tarde el cierre cautelar del centro por negligencia. José Villegas, responsable de la residencia, negó que exista negligencia en el cuidado de los ancianos.

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