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El congreso de polipoetas concluye con una muestra de ciberpoesía catalana

VIENE DE LA PÁGINA 1 Como muestra de la incipiente relación entre los autores y las nuevas tecnologías, los responsables del congreso mostraron un trabajo interactivo en el que ocho poetas catalanes han trabajado con alumnos del insituto de media art Fak d"Art. Xavier Sabater, organizador de las jornadas, cree que los poetas tienen que utilizar los nuevos medios sin complejos: "La música se ha servido de la tecnología para crear instrumentos que desarrollaran el espíritu del músico. Los poetas debemos hacer lo mismo". En el trabajo, presentado por otro poeta, David Castillo, han participado artistas como Rosa Grau, Eduard Escofet, Xavier Canals y el mismo Sabater. Algunos de estos ciberpoemas eran meras ilustraciones y otros iban más allá, jugando con la voz de los autores y con el significado de la palabra dicha. Para Jordi Martorell, coordinador del CD-Rom, el objetivo último es el de demostrar que "el arte multimedia es necesariamente un trabajo colectivo". Y a juicio de Castillo, se trata de "seguir buscando en los indefinidos territorios entre imagen y palabra". Es una búsqueda, en todo caso, que corre en paralelo con la voluntad de estos poetas de hacer espectáculos en los que el público disfrute e interactúe en directo con sus autores. Y lo consiguen. Al menos así lo demuestra el éxito de convocatoria que tuvieron los dos recitales que tuvieron lugar en la Asociación Catalana de Integración y Desarrollo Humano (ACIDH), en el barrio de Gràcia. Allí, en un abarrotado teatrillo ocupado por más de un centenar de personas, se vivió la parte más caliente de estos tres días de conciliábulo de poetas y se entendió de forma palpable el concepto de polipoesía en toda su extensión, puesto que es un cajón en el que caben hasta 30 tendencias, entre otras, la poesía gestual, visual, sonora, gutural, electrónica y fonética. Para Fernando Millán, que participó en el recital del pasado martes, los poetas tienen que "bajar de las alturas". Él, dice, adecua los poemas que recita al público y al espacio en el que se encuentra. Millán empezó su actuación con un poema reiterativo, pero lleno de significado. Se titula Matrimonio y consiste en la repetición machacona de la palabra "deseo", dicha cada vez con menos entusiasmo y culminando con un susurro de decepción. Una decepción que no sintieron los participantes en el congreso. La historia no acabará aquí. Su siguiente edición será en Bolonia (Italia), en el 2001, y la tercera en Sao Paulo (Brasil), en el 2003.

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