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Los institutos de EE UU se fortifican para evitar ataques armados en la vuelta a clase

Detectores de metales, vigilantes y prohibición de mochilas y taquillas, entre las medidas

Arcos detectores de metales, guardas jurados, circuitos cerrados de televisión, prohibición de mochilas, eliminación de taquillas y obligatoriedad de documentos de identidad son las principales novedades que esperan a millones de escolares y bachilleres estadounidenses cuando, desde ahora y hasta comienzos de septiembre, regresen a sus clases. Una febril ola de aplicación de estrictas medidas de seguridad ha dominado este verano en la mayoría de las escuelas e institutos de EE UU. Es el legado de la matanza de Denver y los demás tiroteos del pasado curso.

Los alumnos del instituto Columbine, en Littleton, un acomodado suburbio de Denver, volvieron el lunes a sus clases con la herida sangrante de la carnicería que allí protagonizaron el pasado abril Eric Harris y Dylan Klebold. Quince muertos, incluidos los dos asaltantes, son una carga brutal para los profesores, padres y estudiantes del Columbine. Pero no sólo para ellos: el miedo es el sentimiento más frecuente de EE UU en el último regreso a la escuela del milenio. La peripecia criminal de un neonazi en una guardería judía de Los Ángeles la pasada semana ha vuelto a disparar todas las alarmas.Millares de escuelas e institutos, públicos y privados, han adoptado este verano drásticas medidas de seguridad a lo largo de todo el país. Aunque han sido criticadas por algunos sectores como una intrusión en la vida privada y una militarización del mundo de la enseñanza, Joe Schneider, director adjunto de la Asociación Americana de Administradores de Centros Escolares, las justifica sin complejos. "Tras lo ocurrido el pasado curso, no podemos decirles a los padres que no hemos hecho nada", dice Schneider. Muchos centros han instaurado un sistema de tarjeta de identidad que todos los alumnos deben exhibir ante un ojo electrónico para poder entrar a las instalaciones. La colocación de arcos detectores de metales en las puertas y de cámaras de vídeo en aulas, pasillos y zonas deportivas se ha hecho general, al igual que la presencia de guardas jurados armados. Algunos centros han eliminado todas las taquillas de los estudiantes y han prohibido que éstos lleven mochilas (tendrán que tener dos juegos de libros, uno en casa y otro en las aulas). Un instituto de Clayton (Georgia) ha llegado a instalar cámaras de vídeo en los autobuses escolares.

3.930 expulsados

Y es que, además de la matanza de Denver y tiroteos en otros lugares, un total de 3.930 estudiantes, de ellos el 10% menor de diez años de edad, fueron expulsados el pasado curso en EE UU por llevar armas de fuego a las clases.Ese dato aterrador es interpretado positivamente por las autoridades, puesto que en el curso 1997-1998 esa cifra había sido de 5.724. Las armas descubiertas fueron pistolas, fusiles, metralletas, bombas de fabricación casera y hasta lanzagranadas. California y Tejas fueron los estados donde se registraron más incidentes de este tipo. Mientras las escuelas e institutos se bunkerizan, miles de padres en EE UU optan por educar a sus hijos en los hogares. El Departamento de Educación de Colorado informa haber registrado este verano un incremento del 60% en el número de familias que han optado por que sus hijos sigan sistemas de educación a distancia, facilitados en EE UU por la fuerza de los ordenadores personales e Internet. Según los datos del Gobierno federal, 1,5 millones de niños y adolescentes estudian en sus casas.

Comandos de las fuerzas policiales de élite SWAT, el equivalente a los GEO españoles, se han entrenado en las últimas semanas en la toma al asalto de centros escolares. En uno de Palm Beach (Florida), estudiantes de arte dramático cooperaron con la policía interpretando los papeles de Harris, Klebold y sus víctimas. En otro de Pittsburg, el ensayo policial, que incluyó explosiones y saltos desde helicópteros, fue tan realista que los chavales que realizaban allí cursos de verano creyeron que se estaba repitiendo la tragedia de Denver.

Para reducir las miles de falsas amenazas de bomba que se registraron el pasado curso en los establecimientos de enseñanza primaria y secundaria de EEUU, ya casi todos ellos cuentan con sistemas de identificación de las llamadas telefónicas.

Los Ángeles ha instalado en torno a 670 centros miles de carteles que rezan: "Amenazar no es una broma. Todas las amenazas serán tomadas en serio, y sus autores serán expulsados y entregados a las autoridades policiales".

"Tengo miedo de ir a la escuela"

"Tengo miedo de ir a la escuela", confiesa un adolescente en uno de los tres anuncios sobre violencia escolar que hoy comienzan a difundir las cadenas de televisión de Estados Unidos. La campaña publicitaria, auspiciada por la Casa Blanca, fue presentada ayer por el presidente Bill Clinton y su esposa Hillary.Su objetivo central es animar a los padres estadounidenses a charlar con sus hijos -sobre todo los que tienen entre ocho y 12 años de edad-, sobre asuntos como las armas, la violencia como falsa respuesta a los problemas y las pandillas juveniles. "Los preadolescentes son todavía muy receptivos a los mensajes de los padres", recordó Tina Hoff, portavoz de la Fundación Káiser, una organización filantrópica de California que, junto con el grupo Children Now, financia la campaña.

"Me asusta", dice un muchacho en otro de los anuncios, al hablar de la perspectiva de regresar dentro de un par de semanas a su centro escolar. En los anuncios, varios chicos y chicas reproducen conversaciones corrientes sobre cómo tal o cual compañero ha sido visto trayendo a clase un cuchillo o una pistola en su mochila. Al final de los mensajes, Clinton se dirige a los telespectadores diciéndoles: "Nuestros hijos necesitan ayuda para abordar asuntos tan duros como la violencia escolar. Por favor, hable con sus hijos".

"Nuestros padres no tenían que tratar con sus hijos temas como una matanza en una escuela o instituto, así que nuestra generación no tiene antecedentes que puedan ayudarle", recordó ayer Lois Salisbury, presidente de la organización Children Now. "Los padres", añadió, "acogen positivamente cualquier ayuda que se les pueda proponer".

Estos anuncios, en los que se ofrece un número telefónico gratuito para que los padres soliciten consejos, son una de las escasas consecuencias prácticas de la conferencia sobre violencia escolar celebrada el pasado mayo en la Casa Blanca. En aquel encuentro, presidido por Clinton, estuvieron ausentes la Asociación Nacional del Rifle, que dirige el actor Charlton Heston, y la mayoría de los productores y directores de Hollywood. Ni los cineastas ni los partidarios del derecho a llevar armas se sienten responsables de la violencia armada en las escuelas de EE UU.

La conferencia de la Casa Blanca fue la respuesta al tiroteo del 20 de abril pasado en el instituto Columbine, de Littleton (Colorado) en el que perdieron la vida un profesor y 14 alumnos; entre ellos, los dos asaltantes.

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