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Un judío profana la tumba de Bubis en Tel Aviv

El presidente del Consejo Central Judío Alemán, Ignatz Bubis, murió el viernes en Francfort, pero fue enterrado en Israel porque, como él mismo había declarado, tenía miedo a que su tumba fuera profanada por algún perturbado neonazi. Su voluntad se cumplió, pero aun así su tumba fue profanada. Y por un judío israelí. Ocurrió durante el entierro celebrado en Tel Aviv el domingo. Meir Mendelssohn, un artista judío de 52 años, tiró pintura negra sobre la tumba del jefe de la comunidad hebrea en Alemania, hecho que fue confirmado por la dirección del cementerio aunque ninguno de los asistentes -entre ellos, el presidente de Israel, Ezer Weizman, y su homólogo alemán, Johannes Rau-, se percataron del suceso. El portavoz del Gobierno alemán, Uwe Karsten-Heye, calificó ayer el suceso de "deplorable" y de "ironía de la historia".Meir Mendelssohn, que también nació en Alemania como Bubis, dijo del fallecido líder hebreo que "era un hombre malo" que se había aprovechado de su condición de judío. "Después de la guerra, [Bubis] abrió burdeles en Francfort, vendió en el mercado negro, construyó ilegalmente tras destruir edificios históricos, los supervivientes de los campos de concentración decían que era terrible, pero los alemanes no podían decir nada por su sentimiento de culpabilidad", dijo Mendelssohn.

El canciller alemán, Gerhard Schröder, dijo el viernes que Bubis era "una gran personalidad". Pero el rango de "autoridad moral" que tenía Bubis entre la clase política germana no se corresponde con la imagen que tienen de él algunos sectores israelíes. En declaraciones al diario berlinés Die Tageszeitung, Mosche Zimmermann, un historiador de Jerusalén, explicaba que Bubis está considerado en algunos círculos como el "representante de la traición a los judíos".

No es ésta la primera vez que se cuestiona públicamente la figura de Bubis. En 1985, el cineasta alemán Werner Fassbinder realizó una obra de teatro llamada La basura, la ciudad y la muerte en la que narraba la historia de un constructor judío acaudalado que explotaba el sentimiento de culpabilidad de los alemanes para hacer fortuna tras la II Guerra Mundial. Bubis consiguió que se prohibiera la obra, que calificó de un "ataque antisemita" contra su persona.

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