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The Wailers actúan en el festival de Torelló frente a 16.000 fans de Bob Marley

Cristina Galindo

VIENE DE LA PÁGINA 1 El escenario apenas descansó nueve horas entre el viernes y el sábado. Roots Generator, el único grupo que ha repetido en las siete ediciones del U-Zona Reggae, fue una de las primeras formaciones del segundo día del festival. Por suerte, porque su cantante, Mauri, llegó tarde debido a que, según contó a los organizadores, fue retenido brevemente en Vic por los Mossos d"Esquadra. Confundieron al músico con el autor de un robo. Ya de noche, los jamaicanos The Wailers fueron capaces de reunir frente al escenario a más gente que ningún otro grupo. Posiblemente se debió a que todo el mundo estaba al tanto de que habían tocado con el indiscutible ídolo rastafari, Bob Marley. Y eso que de aquella etapa sólo queda en el grupo Alvin Seco Paterson. El cantante Michael Rose, el pinchadiscos Tippa Irie y los catalanes Dusminguet -que este verano no han parado de actuar por Cataluña- fueron otros de los destacados. Poco después de la última actuación, empezaron a desaparecer las tiendas de campaña. Mochila al hombro y bongós bajo el brazo -este instrumento de percusión se ve más en este tipo de reuniones musicales que en el Caribe, su lugar de procedencia-, las 16.000 personas partieron hacia sus casas, a recuperar fuerzas. Torelló se convirtió entonces en una especie de hormiguero, por cuyas calles miles de jóvenes se distribuían para llegar a la estación. Menuda se montó en el andén. Un trabajador de Renfe intentó distribuirlos por los vagones. La máquina partió hacia Barcelona llena hasta los topes. Algunos, como suelen decir las canciones, tuvieron que esperar a su próximo tren. Los afortunados se fueron en coche. La organización se siente satisfecha tanto por el nivel musical como por los servicios. Algunas personas consultadas coincidieron en que los grupos habían sido buenos, pero hubo discrepancias respecto a la limpieza de los sanitarios. Los precios en el interior del recinto (una litrona costaba 800 pesetas y un pollo asado 1.200) también fueron motivo de objeción. Ayer por la tarde, Torelló se quedó vacío. Sólo quedaban los 12.000 habitantes censados, que parecen encantados con la juventud que llega en agosto y, también, con el dinero que se dejan.

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Sobre la firma

Cristina Galindo
Es periodista de la sección de Economía. Ha trabajado anteriormente en Internacional y los suplementos Domingo e Ideas.

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