Barcelona busca solar para la casa de Alá
Musta es paquistaní y lleva 25 años en Barcelona. Sigue la oración cinco veces al día. Y lo hace en la mezquita de Tareg, en la calle del Hospital de Barcelona, un local pequeño que comparte la entrada con una escalera de viviendas y que los viernes por la tarde llega a albergar a mil personas que se amontonan a la entrada. Los vecinos empiezan a sentirse molestos y los choques entre costumbres son cada vez mayores. Lo mismo ocurre en las demás mezquitas barcelonesas, con condiciones similares, cuya ubicación y número concreto es un misterio. Para unos son cinco y para otros son 28. La falta de adecuación legal de los lugares de culto islámicos en Cataluña hace que su número sea desconocido incluso para los musulmanes. Esta situación cambiará por fin dentro de tres años, cuando Barcelona tenga una mezquita oficial. "Hacer una mezquita en Barcelona sería un símbolo de convivencia", afirma Mowafak Kanfach, sirio y fundador de la Casa del Libro árabe, abierta en 1996 y única en España. Él cree que es necesario un centro islámico en Barcelona. "A la gente le hace falta una mezquita en condiciones para no molestar a los vecinos". Explica que junto a su librería hay una mezquita paquistaní y que los vecinos se quejan porque las oraciones se oyen desde la escalera. Él aboga por un centro islámico que albergue una escuela, una biblioteca, salas de conferencias, sala de matrimonio y tanatorio, y por que "se desarrollen intercambios entre el centro cultural islámico y las instituciones catalanas". Y ése es precisamente el proyecto que presentó la Casa del Libro árabe a la Generalitat de Cataluña el 18 de diciembre del año pasado. El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, se mostró de acuerdo. "La atención se centró entonces en encontrar una institución o un país que avalasen el proyecto", señala Mowafak. La Casa Real de Arabia Saudí ya ha apoyado oficialmente el proyecto y se hará cargo de la mayor parte de la financiación, ya que la primera aportación de 100 millones de pesetas la hace la librería que él regenta. El resto correrá a cargo del hijo del rey saudí, Abdelaziz Ibn Fahd. El proyecto de Barcelona se presupuesta en 3.000 millones de pesetas y "hacia marzo empezará la construcción", que será "otomano-gaudiniana, un monumento que fusionará pasado y futuro", dice Mowafak. Se prevé que esté finalizada hacia el 2002 para que en el Forum 2004 la ciudad de Barcelona pueda celebrar su año multicultural con representación musulmana. "El centro islámico es bueno para Barcelona con el espíritu del proyecto 2004, que significa diálogo entre culturas", afirma Xavier Casas, primer teniente de alcalde de Barcelona. El principal problema ahora es encontrar un terreno idóneo. Según Casas, hacia octubre se conocerá la ubicación, que estará en una zona céntrica. El Ayuntamiento de Barcelona se encarga de encontrar el terreno, de una hectárea. El imán de La Meca, Abderramán Al Sudes, mostró gran interés por el proyecto en su reciente visita a Barcelona. "Vino a constatar que las autoridades catalanas e islámicas de aquí están a favor del proyecto", según Vicenç Villatoro, director general de Promoción Cultural de la Generalitat, quien se entrevistó con el imán. El consejero de Bienestar Social, Antoni Comas, expresó sin embargo esta semana su temor a que la mezquita se convirtiera en "un foco de integrismo", lo que fue criticado por partidos de la oposición y entidades musulmanas. Mowafak considera anómalo que en Barcelona no exista una mezquita cuando alberga la mayor comunidad musulmana de España. Marbella, Málaga o Madrid tienen mezquita, con una comunidad musulmana mucho menor. La futura mezquita barcelonesa tendrá tantos departamentos como grupos musulmanes (sufíes, chiíes, suníes...) para que cada uno de ellos pueda desarrollar su actividad religiosa.
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