El Piojo golpea otra vez al Barça
Un gol del argentino entrega al Valencia el primer asalto de la Supercopa
Ni siquiera así: espeso y sin chispa, Claudio Piojo López dejó de zaerir al Barça, su rival preferido. Marcó de manera desacostumbrada (en un cabezazo al segundo paso tras un centro de Angulo, pese a que se trata de un cabeceador muy discreto). Pero sigue inspirado el Piojo, que anotó al final de un choque otra vez vibrante, abierto y de gran entrega. Eso sí, el Valencia jugó bastante mejor. Entre otras cosas, porque sigue propulsado por los hombres que lo llevaron al éxito la temporada pasada, sobre todo en su centro del campo (Angulo, Mendieta, Farinós y la nueva incorporación de Albelda), que constituye la media más joven del campeonato y que ayer consiguió superar con claridad en esa zona al Barcelona. El conjunto azulgrana sigue dependiendo excesivamente de Figo (otra vez su mejor futbolista) y pesa como una losa la ausencia de Rivaldo. Actuó el Barça con muchos delanteros y, sin embargo, le faltó pegada. Como ya es norma, al grupo de Van Gaal, le cuesta mucho arrancar, pese a que la final continúa completamente abierta.En una noche calurosísima, el Valencia y el Barça se olvidaron de la fase preparatoria en la que se encuentran y brindaron media parte muy digna, llena de detalles técnicos. Y si no hubo goles fue por un pelo: el que estaba fuera de juego, Angulo, al cabecear con precisión un centro de Piojo; el del disparo cruzado de Figo que detuvo a ras del suelo Cañizares; o el de la mano a mano de Ilie con Hesp que el rumano envió el balón alto.
VALENCIA 1 BARCELONA 0
Valencia: Cañizares; Angloma, Björklund, Djukic, Carboni (Fagiani, m. 80); Albelda, Angulo, Mendieta, Farinós (Óscar, m. 78); Ilie (Sánchez, m. 68) y López. Barcelona: Hesp; Reiziger, F. De Boer, Sergi; Guardiola (Déhu, m. 50), Luis Enrique, Cocu (Gabri, m. 76), Litmanen; Figo, Kluivert y Zenden (Simao, m. 58).Goles: 1-0. M. 86. Ángulo central desde la derecha y López cabecea desde cerca. Árbitro: García Aranda. Amonestó a Cañizares y Reiziger. Unos 30.000 espectadores en Mestalla. Partido de ida de la Supercopa de España. La vuelta se disputará el día 15 en Barcelona.
El Barça plantó de salida un equipo tan ofensivo que al Valencia le dio por encogerse para verlas venir. Sobre Van Gaal recae una retahíla de reproches, pero hay un dato irrefutable: ¿quién juega con tres delanteros y un media punta? Él lo hace, aunque para ello tenga que borrar de la lista de titulares a un central (Déhu) y colocar allí a un centrocampista (Luis Enrique). Y, sin embargo, pasados cinco minutos, el Valencia salió de la cueva para desarrollar unas combinaciones vertiginosas que recordaron al equipo que ganó la Copa. Unos instantes que vivieron su pico más alto en el cabezazo de Angulo a las redes y que fue anulado, ante el estupor del público, por fuera de juego del jugador asturiano.
Mediada la primera parte, el partido se enfrió y las fuerzas se igualaron. Era evidente que el Piojo López está muy por debajo físicamente del curso pasado (lógico a estas alturas), que Luis Enrique se ahogaba en su duelo con el atlético Mendieta (que empieza el curso tan listo como lo acabó) y que Litmamen, pese a un par de detalles técnicos, está en fase de adaptación.
El Valencia conserva tics del pasado, como esos balones largos que envía Cañizares. Pero también señales del presente, como ese orden exhaustivo que exige Cúper: el Piojo ocupó el puesto de lateral derecho hasta que Anglomá se recuperó de un encontronazo.
Tras la reanudación y con la pérdida de Guardiola por lesión, el Barça plegó velas y el choque perdió intensidad. El carlor pasaba factura y la resolución del partido quedaría reservada para un pequeño detalle. El de Figo, por ejemplo, que se marchó de Carboni tras haberle bursado como un caño aunque después fuera finalmente tapado por Björklund.
De hecho, Figo asumió el mando completo de su equipo en este segundo acto. Cúper dio entrada a Juan Sánchez por el oscuro Ilie en el ataque y éste le inyectó más chispa al Valencia en el último cuarto de hora. El público, no obstante, a quien quería ver sobre el campo era a Óscar, pensando que el ex barcelonista consumaría su pequeña venganza contra Van Gaal, pero Cúper a penas le dio tiempo
Más fresco parecía acabar el Barça, con Simao penetrando por el extremo derecho y Figo por el izquierdo. Pero fue el Piojo, sin embargo, quien acrecentó la leyenda que lo sitúa como bestia negra azulgrana abriendo inopinadamente un partido que se antojaba abocado al empate sin goles.
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