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Los albaneses de Kosovo acogidos en Cataluña comienzan a regresar a su país

Un grupo de 15 albanokosovares acogidos en Callela (Maresme) y otros cinco refugiados que se encontraban en la localidad de Guardiola de Bergadà fueron trasladados ayer en autocar a Madrid, donde se les entregará la documentación necesaria para volver a su país. Los refugiados de la guerra fueron despedidos por voluntarios y vecinos. La Cruz Roja acogió en Cataluña 200 a albanokosovares. Unos 60 refugiados han decidido de momento no aceptar la repatriación porque tienen contratos laborales en diversos puntos de la costa catalana.

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CARLES RIBAS Abrazos y lágrimas en la despedida de los refugiados albanokosovares

Con lágrimas en los ojos, una voluntaria de la Cruz Roja, de 19 años, se despedía ayer de un "gran amigo", uno de los 15 albanokosovares que, tras ser acogidos por el municipio de Calella (Maresme) a finales del pasado mes de mayo, regresaban de nuevo a su país: Kosovo. "Aman su tierra, su lugar está allí y pese a que van a encontrar todo muy diferente, van mentalizados de que el país quiere seguir adelante", afirmaba esta joven voluntaria. Y, entre sollozos, añadía: "No sé cómo nos mantendremos en contacto, no podremos mandar cartas porque no sabemos adónde enviarlas". Era la viva imagen de una triste despedida. Un autocar salió ayer a primera hora de la mañana de Calella con dos familias de albanokosovares y cuatro jóvenes que habían llegado la noche anterior procedentes de Palafrugell, entre ellos un estudiante de Derecho, Mustaf Tahiri, de 21 años, que ha estado en Cataluña sin su familia y aseguraba que, durante el tiempo que ha pasado aquí, se ha sentido muy bien, ya que ha podido trabajar, pero que en Kosovo, antes de la guerra, era feliz estudiando la carrera y que sobre todo quería encontrarse con sus padres y hermanos. Primer destino El autocar, a su paso por Guardiola de Berguedà, recogió a cinco albanokosovares más. Su primer destino, al igual que el autobús que salió de Amposta también ayer con 33 personas, es Colmenar (Madrid). "Una vez allí, se les entregará toda la documentación necesaria para volver a su tierra natal. Se les facilitará dinero dependiendo de cada caso, material escolar y ropa para que puedan empezar una nueva vida en su país", según destacó Olga Barcons, de Iniciativa Solidària del Ayuntamiento de Calella. El destino final de esta larga trayectoria obligada, a causa de la guerra, es Macedonia, el mismo lugar del que, hace un poco más de dos meses, tuvieron que marchar dejando atrás sus casas destruidas y, bajo las ruinas, los recuerdos de una vida. La misma cooperante de Iniciativa Solidaria de Calella aseguró que havía vivido una experiencia inolvidable y que todos los acogidos en esta localidad costera del Maresme se habían integrado muy rápido. Poco a poco, las familias de albanokosovares que se han quedado en Calella y que se despedían ayer con efusivos abrazos y mensajes de buena suerte para los que partían, dejarán los pisos que el pasado 24 de mayo -cuando llegó el primer grupo de 27 personas- les entregó el Instituto Catalán del Suelo de la Generalitat (Incasol). Varios de estos albanokosovares que se habían instalado provisionalmente en El Maresme han decidido ahora quedarse para trabajar en el sector de la hostelería hasta el próximo mes de octubre, según datos facilitados por el Ayuntamiento de Calella.Del total de 1.600 familias albanokossovares refugiadas en España, 200 han sido acogidas en Cataluña. La Cruz Roja, tras encargarse de acoger a los refugiados, destaca ahora que más de 60 albanokosovares han decidido no aceptar la expatriación porque han econtrado trabajo en diversas localidades de las costas catalanas.

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