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Núñez y Navarro destina 12.000 millones para tres nuevos hoteles

Núñez y Navarro ha roto con su estrategia tradicionalmente conservadora para apostar por una agresiva política de compras que tiene como objetivo potenciar su división hotelera, en este momento un negocio menor dentro de lo que es su grupo empresarial. La inmobiliaria propiedad de Josep Lluís Núñez y su familia invertirá en su conjunto más de 12.000 millones de pesetas para abrir tres nuevos hoteles en Barcelona. Analistas del sector aseguran que Núñez se ha visto obligado a comprar caro ante la falta de suelo.

Los nuevos hoteles se situarán en la antigua sede de Tabacos de Filipinas, en la Ramblas, comprada por 1.800 millones; en el edificio de Gran Via, 641 (adquirido dentro de un paquete de varios inmuebles al grupo asegurador Eagle Star por valor de 4.430 millones de pesetas) y en el hospital de La Rotonda de Sant Gervasi conseguido por 2.500 millones. Fuentes del sector aseguran que a eso habrán de sumarse otros 3.000 millones para rehabilitar los inmuebles. Diversos operadores inmobiliarios aseguran que Núñez ha comprado caro, en especial el paquete Eagle Star, impulsado por la fuerte competencia entre los operadores del sector, para conseguir los pocos activos que todavía están en venta en el recalentado mercado inmobiliario catalán. De la misma manera, el pasado mes de junio consiguió hacerse con el lote de Eagle Star en dura pugna con Colonial, la inmobiliaria del grupo La Caixa, históricamente la compañía con mayor fuerza compradora. Analistas del sector aseguran que si no hubiese tenido que competir con Colonial, Núñez y Navarro hubiera podido ahorrarse cerca de 500 millones en la compra. En el sector se comenta que existe cierto malestar entre ambas compañías desde que Colonial compró, en detrimento del presidente del Barça, el inmueble de Via Augusta, 23. Núñez y Navarro está relevando a Prima Inmobiliaria como firma en posición compradora en Barcelona. En los últimos dos años Prima invirtió sólo en Cataluña 30.000 millones de pesetas. Pero a cambio se posicionó antes de la actual subida del mercado. El cambio de Núñez supone un mayor asesoramiento externo, una mayor agresividad a la hora de enfocar las compras, una gestión más ágil y un abandono de la estrategia que tradicionalmente ha acompañado a la compañía, muy poco agresiva a la hora de comprar. Fuentes de la compañía aseguran que Josep Lluís Núñez ha visto cómo en los últimos años han caído de manera importante sus activos en suelo y, por ello, ha decidido hacer ahora acopio de reservas, incluso a riesgo de pagar más de lo que estima el mercado, porque prevé graves carestías de solares en Barcelona para dentro de dos años. El volumen de inversión comprometida para los próximos años supera la facturación del grupo, que se sitúa en 10.000 millones anuales, aunque la empresa no ha querido dar cifras al respecto y el conglomerado de sociedades con los que opera hace más difícil la estimación. Las cifras de inversiones no incluyen los 3.000 millones que Núñez tendría que dedicar a levantar otra torre de oficinas en la calle Tarragona -ya tiene una que aloja las oficinas de Repsol en Cataluña- y para la que tiene suelo en propiedad junto con otros socios con los que mantiene diversas divergencias que han paralizado el proyecto. Fuentes del sector aseguran que Núñez está recurriendo para las últimas compras al crédito bancario, pero ello no es un problema. Por un lado dispone de un flujo de caja importante, derivado de las rentas de sus edificios de oficinas.

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