Perdón, Liliana
He leído la carta de Liliana Cuéllar Sinisterra. Según la iba leyendo, de la pena he pasado a la vergüenza y de ésta a la indignación.Liliana, te pido perdón por la amargura que has pasado en España, por la ignorancia, por la brutalidad con que te has topado. Quiero que sepas que no todos somos racistas, que somos muchos los que nos avergonzamos de llamar compatriotas a semejantes bárbaros ignorantes, que muchos sentimos tu humillación como propia. Si puedes, lee el artículo de Vargas Llosa que publicó EL PAÍS el domingo 25 de julio.-
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