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La Generalitat adeuda la mitad de las inversiones realizadas en las universidades El PSC exigirá que se detallen las partidas del macrocrédito sindicado de 60.000 millones

Desde 1994, la Generalitat ha recurrido mayoritariamente a la deuda para financiar las universidades públicas catalanas. Según datos del Comisionado para Universidades e Investigación, la Administración catalana ha invertido en su sistema universitario desde que recibió la transferencia, en 1986, 124.486 millones de pesetas, más de la mitad de los cuales (68.226 millones) no han salido de las arcas públicas, sino de deudas suscritas por las universidades. El PSC exige conocer al detalle las partidas del macrocrédito sindicado de 60.000 millones de pesetas que ha negociado la Generalitat para refinanciar esta deuda.

Las condiciones de endeudamiento público impuestas por el Tratado de Maastricht obligaron a las administraciones a recurrir a sistemas de financiación de inversiones que no dejaran rastro en los presupuestos, si querían seguir manteniendo una política incrementalista. La deuda de las universidades públicas de Barcelona responde a esta práctica: es deuda pública, pero no figura en las cuentas de la Administración. De todas las universidades financiadas por la Generalitat, sólo las tres grandes de Barcelona (UB, UAB y UPC) y, en menor medida, la Pompeu Fabra recurrieron a la deuda para financiar sus inversiones. La razón es muy simple: el periodo de ajuste presupuestario que llevó a la moneda única europea coincidió con la expansión del sistema universitario catalán y la creación de las universidades periféricas -Girona, Lleida y Rovira i Virgili- como una apuesta política de compensación territorial. Al ser éstas construidas ex novo, difícilmente podían recurrir al endeudamiento ya que no tenían bienes con los que responder, por lo que se optó por aplicar este método a las universidades ya existentes. En el periodo 1985-1993, la inversión directa y las transferencias de capital de la Generalitat a las universidades (44.743 millones de pesetas) fueron netamente superiores a la inversión por medio de deuda (29.295 millones). Todo lo contrario a lo que sucede en el periodo 1994-1998, cuando la inversión por medio de deuda (36.931 millones) casi duplica la inversión directa (22.012 millones). En los años 1992 y 1993, la inversión directa prácticamente duplica la inversión mediante deuda. Pero a partir de esa fecha, más o menos cuando, a finales de la última legislatura socialista, el ministro Pedro Solbes empieza a exigir un mayor rigor presupuestario, la relación se iguala primero y se invierte a continuación, de modo que en 1997 y 1998 es la deuda la que dobla la inversión directa. Este tipo de ingeniería financiera, que algunos prefieren llamar centrifugación de la deuda, parece haber sido común en toda la Europa comunitaria durante los últimos años, lo que no quiere decir que sea una práctica generalizada. En España, concretamente en el campo de la financiación de las universidades, no parece haber un caso igual al catalán. En Andalucía las universidades recurren a la deuda, pero sólo para disponer con antelación de inversiones ya previstas en los planes aprobados por la Administración. En el caso de la Comunidad Valenciana, las universidades optaron por una emisión de deuda pública. Un sistema muy caro El problema, apuntan los expertos, es que se trata de un sistema de inversión extraordinariamente caro, que llevará a una situación muy grave cuando los créditos empiecen a vencer, en la segunda década del siglo que viene, y supondrá un grave costo financiero que puede provocar desinversión en los gastos de funcionamiento mientras se produce un aumento de los edificios e instalaciones que mantener. Para mejorar las condiciones de financiación de estos créditos, y aprovechando los bajos tipos de interés que hay en la actualidad, la Generalitat ha negociado recientemente un macrocrédito sindicado de 60.000 millones a 17 años con cuatro de carencia, de modo que la amortización empezará en el año 2004 y acabará en el 2016. Ha sido esta noticia la que ha hecho aflorar el global de la deuda y ha provocado alarma en las filas de la oposición. La diputada socialista en el Parlament Montserrat Duch aseguró que su partido pedirá en la Cámara que se hagan públicas las cifras detalladas de la deuda de las universidades catalanas. "No nos sorprende la cantidad", afirmó Duch, "porque por iniciativas parlamentarias podíamos detectar que la deuda era importante. Pero ahora que ha aflorado la totalidad consideramos que es muy preocupante, especialmente porque queda claro que durante los últimos años no se ha procedido a cancelarla, sino a irla renegociando". PASA A LA PÁGINA 4

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