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Dirigentes regionales socialistas critican el 'nuevo centro' de Schröder

Pilar Bonet

El debate sobre la reforma de la socialdemocracia alemana ha entrado en una fase de mayor envergadura esta semana con la toma de posición de dos dirigentes regionales del SPD (uno en el occidente y otro en el este del país), que han criticado abiertamente la línea neoliberal del manifiesto del canciller Gerhard Schröder y el primer ministro Tony Blair.Reinhard Höppner, el jefe del Gobierno del Estado federado de Sajonia-Anhalt (en el territorio que fue la ex RDA), se sumó ayer a los argumentos de su colega del Estado del Sarre, Reinhard Klimmt, quien, en una carta a la dirección del partido, ha criticado a los partidarios de la tercera vía y el nuevo centro por desacreditar a sus adversarios políticos con el "estigma" de "anticuados" y "tradicionalistas".

"El concepto de nuevo centro (...) apenas es comprensible en el este", dijo ayer Höppner en una entrevista radiofónica. El dirigente, que gobierna en una coalición regional con el PDS (los ex comunistas de la RDA), afirmó que algunos argumentos que parecen realizables para toda Alemania "son simplemente inaplicables en el este". Según Höppner, el este de Alemania ha heredado unas tradiciones distintas a occidente en lo que se refiere al papel del Estado y, durante 40 años, no ha podido beneficiarse de las oportunidades de acumular fortunas de las que han gozado los alemanes occidentales. Con este razonamiento, Höppner abogó -al igual que Klimmt- por la reintroducción del impuesto sobre el patrimonio y el aumento del impuesto sobre las herencias en Alemania.

Debate interno

El impuesto sobre el patrimonio, que es objeto de debate interno en el SPD, es uno de los puntos de fricción entre los sectores tradicionales y los partidarios de una reforma de corte neoliberal, que no lastre al empresariado y que reduzca los gastos sociales del Estado del bienestar. El canciller Schröder se opone a la reintroducción de este impuesto como medio para afrontar la enorme deuda pública causada por la reunificación alemana.

Reinhard Klimmt, que se enfrenta a elecciones regionales en el Sarre el próximo 5 de septiembre, ha lamentado que en el partido se etiquete como "anticuados" a quienes recuerdan ocasionalmente "los valores fundamentales" de la socialdemocracia. La división entre modernizadores y tradicionalistas dificulta, en su opinión, un debate justo en el interior del partido. "¿Cómo puede convencer con su competencia el SPD si ni siquiera su presidente afirma que la política económica socialdemócrata es una política económica moderna?", señalaba Klimmt, saliendo al paso de las afirmaciones del canciller y presidente del SPD.

Según Schröder, no se puede hablar de una política socialdemócrata, sino sólo de "una política económica moderna". Según Klimmt, "la preocupación por crear y mantener la justicia social, que es el alma de la socialdemocracia", no se detecta en el manifiesto de Schröder y Blair. Klimmt, que tiene una estrecha relación personal con Oskar Lafontaine y que se sitúa en la tradición de este político, opina que el documento contribuyó a los malos resultados del SPD en las elecciones europeas del 13 de junio.

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Entre los principales oponentes de la política del nuevo centro están los Jusos (las juventudes socialistas) y los sindicatos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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