La junta de acreedores de Uribitarte acepta un convenio que pone punto final a la quiebra
La quiebra de Uribitarte, que dejó un agujero de más de 11.000 millones de pesetas, está definitivamente resuelta. La junta de acreedores dio ayer luz verde al convenio propuesto por la constructora Vizcaína de Edificaciones, que se hará cargo del 15% de la deuda, con el pago de 1.713 millones de pesetas a los acreedores, y que comprará el edificio a sus actuales propietarios, Mapfre y Argentaria, por 3.500 millones. Con esta decisión, se da carpetazo a ocho años de trámites y se cierra la mayor quiebra inmobiliaria de la historia vizcaína. La empresa Vizcaína de Edificaciones presentó a principios de mes un convenio de acreedores en el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Bilbao, que se ha encargado desde hace años del expediente de quiebra. Ayer, la junta de acreedores se reunió y decidió aprobar el convenio, que da una solución a la quiebra y abre la puerta para que el céntrico edificio, el antiguo Depósito Franco del Puerto de Bilbao, deje de ser un esqueleto y tenga algún uso. Según el convenio de acreedores, Vizcaína de Edificaciones comprará el edificio abandonado, de 8.000 metros cuadrados de superficie, para construir dos bloques de viviendas y un hotel. Pero el proyecto tiene todavía algunos flecos pendientes. El acuerdo aprobado depende de la recalificación del inmueble por parte del Ayuntamiento de Bilbao. Para que el proyecto de la constructora se lleve a cabo, el consistorio tendrá que cambiar el uso de Uribitarte para oficinas por el de residencial libre. PASA A LA PÁGINA 2
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