El ayuntamiento pone condiciones
El proyecto Barça 2000, contra lo que afirman tanto sus defensores como sus detractores, no cuenta con barra libre en el ayuntamiento de Barcelona. Los responsables municipales han elaborado un pliego de condiciones sin las cuales, consideran, el plan es absolutamente inviable. La primera de ellas tiene relación directa con la movilidad y exige un estudio de los aparcamientos actuales y futuros, de la situación del transporte público, de la creación de itinerarios alternativos para el tránsito privado, incluyendo circuitos señalizados para autocares, relación entre usos comerciales, oferta lúdica y concentraciones de personas en horas punta. El pliego apunta ya la necesidad de "reconsiderar" la altura de la edificación prevista en Travesera de les Corts con Arístides Mallol; la conveniencia de destinar alguno de estos edificios a uso público (piscina pública o centro cívico); redimensionar las aceras y exigir al Barcelona que urbanice el conjunto del campus universitario y que reduzca la extensión del proyecto. Un informe de Parques y Jardines reclama tener en cuenta las implicaciones medioambientales del conjunto. La Dirección General de Deportes, por su parte, reclama una compensación de los espacios deportivos que pudiera perderse de realizarse las obras en todo o en parte. El ayuntamiento reclama también un estudio pormenorizado sobre la seguridad, así como espacio para ubicar los autocares, y considera que el club debería asumir los costes de la Guardia Urbana y de la reorganización del tráfico. Uno de los aspectos en los que las condiciones del ayuntamiento es más tajante es en la posibilidad de construir un hotel: "Ha de quedar absolutamente claro que el plan especial no autoriza la edificación de un hotel". El monoraíl, aunque sea considerado integrado en el transporte público, tiene que ser pagado completamente por el Barça. El club debe, además, convocar un concurso de proyectos que garanticen la calidad arquitectónica del conjunto. Ayer mismo, en ausencia del alcalde Joan Clos, el alcalde accidental, Xavier Casas, declaró: "no haremos un Barça 2000 que introduzca molestias". Casas añadió que el proyecto no saldrá adelante si "no resuelve las molestias que se producen ya hoy cuando hay un partido. Tendrá que tener estas dos condiciones", afirmó. Casas hizo estas manifestaciones en la inauguración del World Trade Center (WTC). El alcalde accidental insistió en destacar que el proyecto deberá comportar "mejores servicios deportivos, sociales y lúdicos en la zona", y, a su vez, "reducir las molestias que se producen hoy" en el entorno del campo blaugrana. Casas puso como ejemplo el propio WTC, donde al principio se hablaba de "edificios de 50 metros de altura, y ahora tienen 40".
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