Terapéutico viaje

¿Podría alguno imaginarse a la madre de un ministro de Sanidad haciendo un recorrido de 200 kilómetros por La Mancha, en el mes de julio, a las cuatro de la tarde, nada más seroperada de cataratas y sentada junto al conductor en el asiento delantero de una ambulancia sin aire acondicionado? ¿Y a la madre del inspector sanitario correspondiente, o incluso a la de algún miembro del equipo del Insalud responsable de este astuto plan de choque para eliminar las listas de espera? Pues de este modo fueron distribuidas por sus pueblos mi madre y varias personas más, pocas horas después de su intervención. Abrían la ventanilla de vez en cuando para intentar refrescarse, pero un aire que quemaba les obligaba a cerrarla de inmediato. "Como un tomate" sería una expresión difícil de comprender en este caso: no creo que exista variedad cuyo color logre acercarse, ni siquiera un poquito, al fuego que salía de su cara cuando fue soltada a la puerta de su casa. Necesitó varias horas de reposo sombreado antes de ser capaz de empezar a contarnos su terapéutico viaje.¡Qué bien hemos aprendido a soportar injusticias sin molestas rebeliones y qué falta de respeto han conseguido alcanzar algunos seres humanos!

Me queda sólo el estúpido consuelo de pensar que tal vez sea la primera fase de un nuevo tratamiento descubierto por nuestros genios nacionales para una mejor recuperación posoperatoria. Mas, si es así, que lo prueben antes en sus carnes.- . .