Cascos cree decisivo un acuerdo entre el PP y el PNV para la pacificación

"El terrorismo es un ismo excluyente de cualquier forma tolerable de comportamiento humano en un sistema de convivencia, y los más interesados en excluirlo deberían de ser y de parecerlo los propios nacionalistas. El primer problema es que no lo han parecido en muchos momentos decisivos". Así se expresó ayer el vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, en una conferencia sobre España y los horizontes de sus grandes retos, pronunciada en La Granda (Asturias). En la parte final de su discurso criticó a los nacionalismos.Tras asegurar que "la pacificación no puede ser la ocasión de los nacionalistas para reivindicar cuotas de autodeterminación u objetivos de independencia", se mostró "preocupado de que el alejamiento entre fuerzas democráticas nacionales y fuerzas democráticas nacionalistas se acreciente a medida que parece consolidarse definitivamente el final de la violencia terrorista". Cascos apostó por un "consenso básico y estable" entre el PP y la coalición nacionalista PNV-EA" para "culminar" el proceso de pacificación.

Álvarez Cascos calificó a los nacionalismos de "fuerzas sociales a las que falta el ingenio o el mecanismo capaz de transformarlas en unas fuentes de energías útiles para el progreso social o político". "Son como un curso de agua sin molino o sin turbina", agregó, "o una corriente de aire sin velas ni aspas".

Tras resaltar que son decisivos todos los apoyos en defensa del Estado de Derecho, se preguntó: "¿Cómo reaccionarían los nacionalistas vascos si, en vez de un criminal etarra, en el Parlamento vasco o navarro se hubiera sentado un criminal del GAL? ¿Qué vara de medir la sensibilidad (...) se necesita para cerrar los ojos ante esta nueva provocación o ante el mal llamado terrorismo de baja intensidad?".

Por otra parte, el socialista Vicente Álvarez Areces, investido ayer como nuevo presidente del Principado de Asturias, formará el viernes un gobierno "amplio y potente", según su propia definición, con 11 consejerías, cinco más que durante el Gobierno del saliente Sergio Marqués. Varios de sus consejeros han ocupado altos cargos en la Administración del Estado.