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Reportaje:

Una fábrica que resurgió de entre las llamas

La madrugada del 19 de marzo de 1996 marcó un antes y un después para la empresa alcoyana Mirofret, SA. La planta central de fabricación de la firma productora de vehículos frigoríficos constituida en abril de 1973 quedó reducida a cenizas a causa de un repentino incendio. El fuego consumió en unas horas más de 20 años de trabajo de un gerente, Vicente Miró Bravo (Alcoy 1934), y el negocio que había heredado de su padre. Las llamas acabaron con algo más. Deshicieron el lugar de trabajo al que acudían a diario cientos de empleados alcoyanos. Lo que no pudo consumir el fuego fue el afán de un empresario por reconstruir su fábrica. "Aquello fue una vacuna para nosotros de la que salimos fortalecidos", recuerda ahora Vicente Miró. El industrial explica que en la reconstrucción en la nueva planta se aplicaron nuevas medidas de seguridad y se puso en práctica una novedosa división en secciones, que mejoró el método de producción. "Dentro de lo malo que supuso la desgracia hemos logrado subsanar errores en los que no volveremos a caer", remarca con firmeza el empresario. El incidente mantuvo paralizada la actividad productora de la empresa durante ocho meses, que fue el tiempo que precisó para su reconstrucción a partir de las propias cenizas. Nada en este tiempo fue un camino de rosas. "El incendio trajo consigo grandes pérdidas para la empresa que tuvimos que afrontar", recuerda el empresario. Gracias al compromiso de ayudas de las administraciones local y autonómica la firma modernizó sus instalaciones que sólo en Alcoy llegan a los 70.000 metros cuadrados. No ha sido éste el único incidente serio del que la empresa carrocera ha logrado salir airosa. En 1980 el hundimiento del techo de la nave central de la industria, a causa de una fuerte nevada, ya la situó en un momento crítico. Al igual que ocurriera tras el incendio, la unión de los trabajadores y su empeño por conservar sus puestos de trabajo les llevó a colaborar con la dirección en la reconstrucción. "Mi padre siempre ha tenido buena conexión con los empleados. Nunca le ha gustado perder el contacto con los operarios de talleres. Ese talante comunicativo ha resultado trascendental a la hora de salvar a la empresa en sus momentos más bajos", concluye Vicente Miró.

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El negocio del frío sobre ruedas
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