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La policía ha detenido ya a 11 jóvenes "skins" por los incidentes racistas de Terrassa

Tras las agresiones de los cabezas rapadas, los apedreamientos de comercios magrebíes y las airadas declaraciones xenófobas de los vecinos, una calma relativa ha vuelto al barrio de Ca n"Anglada, en Terrassa. Las primeras carnicerías halal -que venden carne sacrificada siguiendo los preceptos del Corán- han vuelto a abrir sus puertas después de permanecer varios días cerradas. Esta calma ha sido posible gracias a una amplio operación policial en el barrio, a la detención de 11 jóvenes de estética skinhead y a la prudencia del colectivo magrebí.

Los marroquíes residentes en el barrio de Ca n"Anglada decidieron -el sábado por la noche y el domingo a mediodía- no realizar dos manifestaciones pacíficas y "quedarse en casa" para evitar incidentes. Pese a todo, la policía seguía anoche ocupando las calles y tiene la intención de seguir allí esta semana. El sinfín de identificaciones que las fuerzas de seguridad han efectuado en los últimos días en las calles de Ca n"Anglada han dado como resultado 11 detenciones. Según la policía, todos los detenidos son jóvenes, la mayoría de edades comprendidas entre 23 y 30 años, y de estética skinhead. Sólo uno de ellos es menor de edad. De los 11 detenidos, cinco prestaron ayer declaración en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Terrassa. Según el juez decano de la ciudad, José Luis Valdivieso, dos de estos cinco jóvenes han sido puestos en libertad provisional con cargos por incitación a la xenofobia, daños materiales y lesiones. Los otros tres se encuentran en prisión preventiva. Uno de ellos es Juan Ramos Salmerón, de 20 años, presunto autor del navajazo que hirió de gravedad a un joven magrebí, Mohamed G., de 21 años, que evoluciona favorablemente en el hospital Mutua de Terrassa. Salmerón fue detenido el viernes, el mismo día que Carlos Javier Egea, el joven skinhead que profirió amenazas de muerte ante las cámaras de televisión contra el colectivo magrebí. El tercero que se encuentra en prisión preventiva tras declarar ante el juez es el joven que apareció junto a Egea ante las cámaras de televisión exhibiendo todo un arsenal de armas con el que estaba dispuesto a lanzarse "a la caza del moro". Los otros seis jóvenes fueron detenidos el sábado por la noche, cuando circulaban en coche incitando a los vecinos a la violencia y lanzando todo tipo de amenazas e insultos. De estos seis, cinco permanecían ayer en comisaría a la espera de declarar ante el juez. El sexto, de 15 años, se encuentra en el domicilio paterno y también deberá prestar declaración. El delito de apología de la xenofobia, del que se acusa a la mayoría de los detenidos, se castiga en el Código Penal con penas que oscilan entre uno y tres años de prisión. El fiscal jefe de Cataluña, José María Mena, afirmó el viernes que la justicia actuará de manera "rápida y contundente". Las detenciones parecen haber calmado los ánimos entre los vecinos, pero no han devuelto la tranquilidad al colectivo magrebí. "Las familias que tienen niños pequeños están cohibidas y no se atreven a salir", explica el secretario de la Asociación Cultural Musulmana, Addislam Tanyaqui, que ha optado en todo momento por la prudencia. El sábado por la noche este colectivo tenía previsto salir a la calle, pero decidió suspender la manifestación, aconsejado por el Ayuntamiento de Terrassa, para evitar que la gente creyera que son "unos provocadores y evitar incidentes con cuatro exaltados". Evitar "ciertas miradas" Paralelamente a las medidas policiales que se han adoptado en los últimos días, los vecinos de este barrio, sean magrebíes o españoles, han decidido movilizarse para evitar nuevos enfrentamientos e intentar solucionar los problemas de fondo apostando por el diálogo. Tanyaqui afirma: "Hay que evitar ciertas miradas; yo llevo 20 años aquí y no tienen derecho a mirarme de esta manera", y puntualiza que es necesario hacer "limpieza porque en todos los sitios hay manzanas podridas". "La mayoría de las personas somos trabajadores que no nos merecemos esto. Si hay alguien que no se comporta, que nos avisen y hablamos", agrega Tanyaqui. Los representantes del colectivo magrebí se reunirán mañana con la asociación de vecinos para hablar y tomar medidas con el fin de evitar que vuelva a estallar otro polvorín.

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