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Los estudiantes iraníes renuncian a manifestarse y calculan en 1.400 las detenciones por las protestas

Ángeles Espinosa

ENVIADA ESPECIALLos estudiantes iraníes han dado un paso atrás en su intención de manifestarse de nuevo durante este fin de semana y reclaman una reunión con los máximos dirigentes del país. En un comunicado, el consejo de los estudiantes formado en las movilizaciones de los últimos días denunció ayer la detención de 1.400 personas durante los disturbios, pidió "su inmediata liberación" y reiteró su petición para que dimita el jefe superior de Policía, el general Hedayat Loftián. Numerosos testimonios apuntan a que los provocadores actuaron con beneplácito policial.

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"Hemos decidido posponer cualquier sentada o marcha hasta que hablemos con el Consejo de Seguridad Nacional. Y pedimos a la gente que se abstenga de tales actividades para evitar que grupos de presión [paramilitares conocidos como voluntarios y vigilantes] se aprovechen", rezaba el comunicado enviado a los medios de comunicación y que también reclamaba poder reunirse con el líder supremo, Alí Jamenei; con el jefe del Estado, Mohamed Jatamí, y con el presidente del Consejo de Discernimiento, Alí Akbar Hachemí Rafsanyani. Las reiteradas advertencias del Ministerio de Interior contra la convocatoria de manifestaciones sin autorización parecen haber surtido efecto."Tenemos informaciones de que los grupos de presión y la policía han detenido a más de 1.400 civiles, estudiantes incluidos", aseguran los coordinadores de la protesta antes de pedir su puesta en libertad. También denuncian la muerte de la hermana de un estudiante, Nami Hamifar, durante los disturbios. Ninguno de estos datos puede contrastarse, ya que las autoridades sólo han admitido la muerte de dos universitarios (uno en Mashad y otro en Teherán) y media docena de detenciones. Fuentes periodísticas locales habían calculado que los detenidos, a la vista de la gravedad de los incidentes, podrían haber llegado a 3.000, pero reconocen que la mayoría han sido puestos en libertad a partir del pasado jueves.

"Hay quien ha pagado una multa y otros han firmado una declaración comprometiéndose a no volver a participar en incidentes similares", explicó la fuente. De algunos, sin embargo, no se sabe su paradero. Esta enviada ha conocido dos casos de personas que, tras su detención, se encuentran desaparecidas. En al menos uno de ellos el detenido, un joven de 20 años, no era estudiante ni tenía aparente relación con los disturbios. "Volvía a casa el jueves cuando tuvo que detenerse en un control de basiyis [voluntarios de las milicias islámicas]", relata su primo. "Al parecer, uno de ellos quiso registrar su coche y mi primo le preguntó por qué; se enzarzaron en una discusión y se lo llevaron. Mis tíos lo han denunciado en comisaría, pero aún no tenemos noticia", contaba ayer.

Hacer limpieza

"Pasada la fase de represión evidente, ahora empieza la represión invisible", comenta al respecto un observador occidental, convencido de que los conservadores están utilizando lo ocurrido para hacer limpieza. De hecho, así lo anunció Hasan Ruhaní, vicepresidente del Parlamento y secretario general del Consejo de Seguridad Nacional, durante la manifestación oficialista del miércoles. Las detenciones no alcanzan sólo a los estudiantes y a quienes les apoyaron. Al menos tres dirigentes del Partido del Pueblo Iraní (oposición tolerada) fueron detenidos en la madrugada del martes al miércoles.Todos los elementos apoyan la tesis, cada vez más extendida en Teherán, de que la violencia que irrumpió en las protestas pacíficas de los estudiantes estuvo provocada por agitadores cercanos al ala conservadora del régimen. Esta enviada ha recogido numerosos testimonios en ese sentido, pero la Organización de los Combatientes de la Revolución Islámica, uno de los grupos izquierdistas que apoya a Jatamí, ha ido incluso más lejos cuando todas las voces oficiales se unían para acusar al extranjero de los incidentes, ellos han puesto la nota discordante denunciando en diversos periódicos "un intento de golpe de Estado". El objetivo último sería evitar el triunfo reformista en las próximas legislativas del próximo febrero.

"Para empezar, la intervención policial del viernes fue desproporcionada", aseguran habitantes de la capital que ese día, al conocer la noticia, se acercó al campus y fue testigo de cómo los militantes de Ansar-e-Hezbolá (fanáticos sucesores del Partido de Dios, más conocidos como vigilantes) se dedicaban a lanzar piedras contra los estudiantes, que permanecían en el interior del recinto, ante la mirada impasible de los agentes.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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