Caspa en Granada

DE PASADALa noticia era breve, concisa, pero rotunda y contundente: "Un estudio de H&S revela que la caspa afecta al 70% de los granadinos". El estudio, denominado La caspa y las emociones, tenía como objeto hacer un seguimiento de personas que sufrieran el problema de lo que podría llamarse la pelusa craneal o el polvo de las ideas para posteriores tratamientos. No contentos con eso, los encuestadores habían hecho el estudio sobre esas personas "con el objetivo de entender sus comportamientos, creencias y emociones en torno al tema". Luego, la conclusión: el 70% de los granadinos ha sufrido de caspa alguna vez en su vida. ¿Será la caspa, y no la mala follá, el rasgo de identidad granadino por excelencia? ¿Tendrá algo que ver con el carácter de la ciudad? ¿No será la Alhambra el resultado de un proceso casposo de los ziríes y los nazaríes? ¿El turbante de Boabdil era para ocultar esa dolencia que se sufre en silencio? ¿Y Lorca? ¿Tenía caspa Lorca? ¿Y Gabriel Díaz Berbel? ¿Perdió la alcaldía a causa de la caspa? Hasta ahora, el caspero más famoso que aparecía siempre en televisión era Karpov que, curiosamente, perdió su hegemonía como rey del ajedrez frente a Kaspa... rov. Es una lástima que ya no esté en la corporación el concejal popular Sebastián Pérez, encargado de traer a Granada a personalidades como las Spice Girls o Mariah Carey, que podría organizar un torneo de ajedrez en el Mirador de San Nicolás, mientras se contempla una puesta de sol que no existe con un fondo de Sierra Nevada, metáfora indiscutible y perfecta de la testa coronada por el mundo de las escamas cutáneas. Quede la sugerencia para su sustituto, el andalucista Jesús Valenzuela, nuevo responsable de Turismo, aunque no se sabe por cuánto tiempo, porque como en el PA sevillano de Rojas-Marcos y Antonio Ortega se cambian de ideología como quien cambia de calcetines o de... champú, a la dirección del partido le ha dado ahora por amargarle la vida amenazando con obligarle a romper el pacto con el PSOE en Granada si éste no les devuelve la alcaldía de Almuñécar. Una especie de "Dame mi pelota, que estaba yo jugando, o si no, no me junto". (A propósito, ¿será un ataque de caspa el que hace que Ortega quiera que Berbel vuelva a gobernar?). El caso es que lo de las escamillas cabelludas como rasgo identificador granadino da que pensar. ¡Cáspita! JESÚS ARIAS