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Uno de cada seis presos de EE UU sufre alguna enfermedad mental

El psiquiátrico más grande de EE UU está entre rejas. Según datos del Departamento de Justicia, en las cárceles del país hay 283.800 presos con enfermedades mentales, lo que supone algo más del 16% de la población carcelaria del país, que se ha cuadruplicado en los últimos 25 años hasta llegar a un récord de 1,8millones de personas de un censo de 268 millones de habitantes. Para un elevado número de esos 283.800 presos se ha tratado de un largo viaje de ida y vuelta: el informe de Justicia, el primero de este tipo de alcance global, señala que es muy frecuente que los internos con problemas mentales hayan llegado a las celdas directamente desde las calles. Es decir, que pertenecen al ejército de los sin casa que se formó en los años setenta y ochenta, cuando -por razones presupuestarias- hubo una oleada de cierres de centros públicos de salud mental y cientos de miles de enfermos se encontraron en la calle. En 1955 había en EEUU 560.000 pacientes en psiquiátricos, y 40 años más tarde, en 1995, el número había descendido a 69.000. El porcentaje de reclusos con trastornos mentales es el doble del que se maneja para la población general.

Los presos considerados como enfermos mentales, además, tienen el doble de probabilidades que el resto de los encarcelados de haber sufrido abusos sexuales físicos o psíquicos en su niñez o de haber atravesado periodos de dependencia de alcohol o drogas.

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