_
_
_
_

Bofill construirá una torre de 160 metros envuelta en vidrio en terreno ganado al mar

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Barcelona contará en breve con una nueva zona diseñada por el arquitecto Ricardo Bofill. Se trata de la penúltima ampliación del puerto de Barcelona, sobre terreno ganado al mar, donde se incluirá un edificio de 160 metros de altura, envuelto en vidrio y destinado a hotel, y un segundo bloque en forma de pirámide truncada, con accesos interior y exterior, que será un museo de tipo mediterráneo. Entre ambos, una plaza de 17.000 metros cuadrados con una zona dura y otra semiboscosa. El área se cerrará con la construcción de un nuevo puerto de pescadores con lonja incluida.

Más información
Ricardo Bofill diseña una nueva línea del horizonte para la ciudad de Barcelona

El último proyecto urbanístico de Ricardo Bofill es una síntesis de 35 años de historia de su taller de arquitectura, una suma de proyectos en los que abordaba la recuperación de estructuras neoclásicas (Teatre Nacional de Catalunya, en Barcelona) y de elementos de sus primeras obras, como la volumetría y los juegos con la luz (edificio de viviendas Walden 7, en Sant Just Desvern). Añádase a ello la mediterraneidad: no es que la zona a construir esté junto al Mediterráneo, es que se halla sobre el propio mar, ya que se edificará sobre 154.000 metros cuadrados ganados al agua. Las cifras del proyecto parecen claras: 22.000 millones de pesetas de inversión, prácticamente garantizadas gracias a la participación de la iniciativa privada, y 154.000 metros cuadrados ganados al mar, con un total de 107.000 edificados. De ellos, 60.000 estarán ocupados por el hotel de 160 metros de altura, 35.000 metros cuadrados más se destinarán a un edificio multimedia que cumplirá funciones de museo multimedia interactivo y otros 20.000 serán para el nuevo puerto de pescadores, que incluirá también una zona de subasta de pescado. Entre los dos edificios principales (el hotel y el museo) se construirá una gran explanada abierta al mar, de una superficie de 17.000 metros cuadrados, con funciones de plaza cívica o espacio de participación ciudadana. La plaza, que si Bofill pudiera decidir se llamaría del Mediterráneo, se hallará al mismo nivel que el nuevo rompeolas (unos 11 metros por encima del nivel del mar) y cubrirá un aparcamiento para 1.100 vehículos. Todo este espacio nace de la modificación del puerto antiguo y es la penúltima ampliación del puerto de Barcelona. La última, al menos en el horizonte actual, será la que se produzca una vez desviado el río Llobregat. PASA A LA PÁGINA 6

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_