El mayor expoliador de nidos
Durante 50 años, llegó a coleccionar 4.253 huevos de 120 especies protegidas de aves, en su mayoría rapaces. Una de las colecciones más grande del mundo, y de incalculable valor económico y científico, que la Guardia Civil se incautó de R. J. C., un inglés de 68 años. Vivía en la finca Los Tejereros, en Cómpeta (Málaga), lugar donde guardaba en delgados cajones de caoba, protegidos en colchones de algodón y cubiertos con cristal la vasta colección de huevos, que después de vaciar su contenido eran tratados científicamente para su conservación. Todos numerados, muchos de especies desconocidas, la mayoría en riesgo de extinción. Acusado de delitos contra la protección de la flora y la fauna y de contrabando, la Guardia Civil lo detuvo en su domicilio, después de que recibiera una llamada de alerta de la Policía del Estado de Brandemburgo (Alemania) y la Agencia Central de aplicación CITES, que investigaban una red clandestina de coleccionistas, según la información aportada por el brigada Pedro Morales del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA). La operación policial inició hace una semana cuando la Policía alemana detuvo a otras cuatro personas por el mismo delito, procedentes de Dinamarca, Suecia, Alemania y Finlandia. Por la colección de huevos de especies exóticas y la documentación encontrada a los detenidos, se dedujeron posibles conexiones con coleccionistas en España, concretamente de la provincia de Málaga. La Guardia Civil, inició la investigación con los datos que le aportaron, y comprobaron la evidencia en la finca de Los Tejereros. El coleccionista inglés, ingeniero de una compañía petrolífera internacional, en sus múltiples viajes, pudo obtener huevos de moa, una especie que se extinguió hace cien años, huevos de guacamayo, que sólo existen 1.500 ejemplares en todo el mundo y de cóndor, en riesgo de extinción. Para estudiar el Cóndor son precisos tres años para hacer el seguimiento a la pareja y un gran esfuerzo científico por los lugares ignotos donde habita. "Al principio, creímos que, por tratarse de un extranjero, la colección consistía solamente de huevos de aves exóticas, pero los investigadores constataron que incluía huevos autóctonos de aves rapaces de origen ibérico, como los de buitre leonado y los de cernícalo" explicó Juan Ignacio Trillo, delegado de Medio Ambiente en Málaga de la Junta de Andalucía. Tras la detención del coleccionista, se realizó una evaluación técnica. "Es realmente un expolio tremendo que ha propiciado una merma, incluso de especies que desaparecieron hace cien años", comentó el delegado. Tanto el ciudadano inglés como el resto de los detenidos en Alemania necesitaban un certificado de autorización de CITES, el cual establece la protección de especies salvajes en riesgo de desaparecer. Trillo añadió que se depurará cualquier ramificación de esta red de contrabando que, al encontrar huevos de especies de España, es muy probable que operen en el ámbito de local. El delegado provincial informó que se hará la petición formal al Gobierno para que la colección de huevos quede bajo el cuidado y estudio de la Universidad de Málaga. Posteriormente, se organizará una exposición pública con el fin de difundir que la caza y la pesca de especies amenazadas así como las actividades que impidan o dificulten su reproducción constituye un delito, penado con entre seis meses y dos años de cárcel.
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