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Reportaje:

Varices: un fallo en las válvulas venosas

Afectan al 20% de la población, en una proporción tres veces superior en las mujeres

Las varices constituyen la patología vascular más popular, ya que afectan al 20% de la población adulta. Se trata de un proceso cuyo mecanismo fisiopatológico es muy bien conocido, pero del que se ignora la causa. Los antecedentes familiares, los embarazos y el permanecer a menudo de pie durante periodos prolongados de tiempo son importantes factores predisponentes de este problema que sólo se manifiesta en el género humano. Aunque la edad por sí sola no es desencadenante, diversos estudios epidemiológicos revelan una frecuencia creciente de varices a partir de los 20 años, con un pico máximo entre los 40 y los 60 años. El sexo femenino se comporta como un factor de riesgo, pues este proceso, por razones genéticas y hormonales, aparece en una proporción tres veces superior en las mujeres.

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Según Ricardo Gesto, jefe del servicio de Cirugía Vascular del hospital Doce de Octubre de Madrid, las varices son dilataciones de las venas superficiales que se localizan preferentemente en las piernas. "Aparece esta patología vascular", explica, "por un fallo en las válvulas del sistema venoso cuya causa ignoramos. Hay un sistema venoso superficial y otro profundo, y este último soporta el 90% de la circulación venosa. Ambos se comunican a través de las venas perforantes. Al producirse el fallo valvular, parte de la circulación del sistema venoso profundo pasa al superficial, y éste se dilata al estar sometido a mayor presión y volumen sanguíneos".

Arañas vasculares

Existen dos tipos principales de varices: las tronculares, que se desarrollan en los troncos venosos superficiales de las venas y pueden llegar a tener un gran calibre y trayectos tortuosos, y las microvarices, también llamadas varicosidades, telangiectasias o arañas vasculares, que son dilataciones de las pequeñas venas de la superficie de la piel, de color rojizo o azulado y de 0,1 a 2 milímetros de grosor, que en general no dan síntomas ni tienen complicaciones, salvo un problema estético. En ambos casos se consideran varices esenciales o primarias en cuya aparición intervienen factores genéticos y hormonales. En las microvarices, que afectan al 30% de las mujeres, habría que añadir además la obesidad, la celulitis y los disturbios hormonales (a veces se manifiestan durante el embarazo, para desaparecer espontáneamente tras el parto).

Las denominadas varices secundarias responden a una causa conocida que afecta al sistema venoso, como malformaciones congénitas, uniones anormales entre arterias y venas (fístulas arteriovenosas), o la forma más común, que son las varices posflebíticas, que aparecen después de un proceso de tromboflebitis.

Según Gesto, el tratamiento quirúrgico está indicado cuando presenta síntomas (pesadez de piernas, cansancio, dolor, calambres e hinchazón) y riesgo de complicaciones importantes (ulceración, trombosis, tromboflebitis e incluso rotura de la vena y hemorragia). "La intervención", dice, "tiene tres partes: primero extraemos el eje de la safena, que es la vena superficial más importante de la pierna y la recorre desde la ingle hasta el pie; después procedemos a la varisectomía o extirpación de los paquetes varicosos, y, por último, pasamos a la ligadura de las venas perforantes".

Tres incisiones

Para extraer la safena es necesario practicar una incisión de dos o tres centímetros en la ingle, otra en la parte interna de la rodilla y otra en el tobillo. Y para extirpar los pequeños paquetes varicosos, así como para ligar las perforantes, es necesario realizar múltiples cortes, según la afectación, de medio o un centímetro. Daniel Vogelfang, especialista en patología vascular de la clínica del Rosario de Madrid, subraya que la tendencia actual es dejar las mínimas cicatrices o incluso ninguna, y esto es "especialmente importante para las mujeres que, sin presentar síntomas, deciden operarse porque estéticamente el problema es relevante". "Ahora ya es posible operar las varices sin dejar cicatriz", aclara, "gracias a una cirugía mínimamente invasiva, por la que a lo largo de todo el trayecto de la variz se van practicando punciones y, a través de ellas, se va retirando la vena con un instrumental de 0,6 milímetros de grosor".

Vogelfang añade que para las microvarices, la mejor alternativa terapéutica es la escleroterapia, que consiste en la inyección de sustancias irritantes en el interior de las varicosidades para su eliminación.

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