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EL CAMINO HACIA LA PAZ

Las tropas rusas inician su despliegue en medio de las protestas kosovares

Jorge Marirrodriga

Las tropas rusas de la fuerza internacional para Kosovo (Kfor) comenzaron ayer a desplegarse en la zona situada al sur de la región, bajo control del Ejército de EEUU, en medio de las reticencias y las protestas de la población albanesa, que acusa a los soldados de Moscú de acudir en ayuda de la población serbia. Dos aparatos modelo Il 76, con unos 200 soldados y diverso material de apoyo, aterrizaron ayer en el aeropuerto de Slatina, situado en la capital kosovar y bajo control estricto de las fuerzas rusas.

El día anterior había llegado como avanzadilla otro avión procedente de Moscú con varios oficiales, material médico y sistemas de comunicaciones. En total se encuentran ya en la región 600 soldados rusos del contingente de 3.600 pactado con la OTAN. Los militares rusos, con un primer destacamento de 80 hombres, han comenzado a instalarse en una fábrica abandonada en la localidad de Kosovska Kamenica, en la zona bajo control del ejército estadounidense, cuyo cuartel general está situado en la ciudad sureña de Urosevac. El coronel Aleksandr Markov se apresuró a señalar que los soldados rusos han llegado a Kosovo "para proteger a todos". "Para nosotros no hay diferencias", explicó, "protegeremos a serbios y albaneses". Un pequeño grupo de serbios se congregó en las proximidades de la fábrica, que anteriormente había estado ocupada por los estadounidenses, para darles la bienvenida. Está previsto que 1.500 soldados se instalen en esa base en las próximas semanas. En principio, rusos y estadounidenses colaborarán en patrullas conjuntas por la zona.

Tanto ayer, como durante toda la semana pasada, se han reproducido las protestas de la población albanokosovar contra el despliegue de los soldados rusos en Kosovo. Las manifestaciones han sido particularmente intensas en Orahovac, al suroeste del país, donde la población no quiere que los militares holandeses que actualmente controlan ese sector (adjudicado a las fuerzas alemanas, cuyo cuartel general está en Prizren) sean reemplazados por los soldados enviados por Moscú.

En Orahovac la situación es especialmente tensa porque allí continúa viviendo una minoría de serbios que ha tenido que abandonar sus domicilios para buscar refugio en otro barrio con el fin de evitar las represalias de los albanokosovares. Los soldados de la Kfor rodean el barrio para proteger a sus habitantes. Sin embargo, el grupo de casas donde se encuentran refugiados los serbios no dispone de agua corriente, por lo que sus ocupantes deben ser escoltados por los militares cuando se dirigen a buscarla. Los manifestantes albanokosovares acusan a los rusos de pasividad ante las persecuciones que han sufrido por parte del Gobierno serbio y de oponerse a los ataques de la OTAN. Algunos incluso aseguran que durante los robos, incendios y asesinatos perpetrados durante los pasados meses, había rusos colaborando con los paramilitares serbios.

Ayer, los representantes de los serbios de Kosovo anunciaron que habían decidido "romper su cooperación" con la Kfor y la misión de la Naciones Unidas en la provincia, debido "a las violencias cometidas por los albaneses contra los serbios".

Como consecuencia de esta ruptura, el obispo ortodoxo de Kosovo, Artemije, y Moncilo Trajkovic , líder del Movimiento Serbio de Resistencia, han declinado la oferta de participar en el futuro Consejo Político de Kosovo

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En Pristina continúan los trabajos de reconstrucción. Los soldados británicos han comenzado a ceder el control de los accesos a algunos edificios a ciudadanos albanokosovares seleccionados por la ONU. A pesar de la vigilancia que las patrullas de la Kfor realizan en diversas zonas de la ciudad, dos casas pertenecientes a familias gitanas fueron incendiadas en la madrugada de ayer

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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