_
_
_
_

Espectacular despliegue de la Ertzaintza para matar a tiros a seis vaquillas en Pasaia

El País

El encierro de Pasaia Antxo (Guipúzcoa) duró ayer una eternidad y terminó como el rosario de la aurora. Daban las dos de la madrugada cuando siete bravas vaquillas traspasaron el redil y comenzaron su aventura torera sin concederles ningún respeto a los burladeros. Al ver expedito todo el recorrido, las reses urdieron su huida, pero su desbocada pretensión tropezó con la enérgica actuación policial. Fueron cayendo abatidas sucesivamente las seis primeras, no sin producirse algunos percances durante su captura, y continuó libre la última burlándose de todo el dispositivo preparado para confinarla. 18 horas después de escaparse aún seguía campando por sus respetos. Este temerario encierro se celebró inopinadamente cuando alguien descubrió ayer en Pasaia Antxo una nueva fórmula para extremar su recreo nocturno. Improvisó una suelta de vaquillas bravas a la luz de la luna. Para su solaz, la travesura tuvo unas consecuencias que no calculó: seis animales muertos a tiros por la Ertzaintza, un agente de la Policía vasca corneado y con dos costillas fracturadas, un helicóptero sobrevolando casi todo el día el cielo pasaitarra y algunas escenas de pánico en las calles. En Pasaia Antxo, que celebra los sanfermines al estilo pamplonica, esto es, con un encierro matinal con ganaderías de menor bravura que las de Pamplona, ayer se invirtieron los papeles: las reses escaparon del acoso humano. Una gamberrada obligó a la Policía vasca a organizar un aparatoso despliegue de medios técnicos y humanos para dar alcance a las reses. A la Ertzaintza no le quedó otro remedio que aplicar la ley de fugas a las reses descontroladas, pues no era procedente ni efectivo emplear los rifles con dardos anestesiantes, según los responsables del Servicio de Montes de la Diputación de Guipúzcoa. Las becerras actuaban con nocturnidad y presentaban signos evidentes de agresividad, por lo que fue preciso sacrificarlas sin remisión. Las dos primeras víctimas fueron abatidas junto a la carretera N-I en dirección a Irún. La tercera murió a las cuatro y media de la madrugada en el barrio donostiarra de Altza, muy cerca de Pasaia. Antes de ser neutralizada, corneó a un ertzaina, ocasionándole la fractura de dos costillas, y golpeó a otras dos personas que no sufrieron daños. Un operativo de la Ertzaintza reforzado con técnicos de Obras Públicas, de Montes y perros adiestrados, dio el alto a la cuarta res hacia las cinco de la mañana en una zona cercana a la anterior. Como no se avino a las órdenes, fue sacrificada. La quinta vaquilla, localizada cerca del polideportivo de Altza, fue abatida hacia las nueve de la mañana. La sexta corrió la misma suerte hora y media después tras ser vista en la misma zona. La última aún no había sido localizada a la caída de la tarde.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_