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FERIA DE SAN FERMÍN

Mendoza: 'Batista' es el sucesor de 'Cagancho' y 'Chicuelo

Ayer llegó San Fermín y, de su mano (o chupinazo), la primera corrida con la plaza teñida de blanco y rojo. Hizo acto de presencia Pablo Hermoso de Mendoza, rejoneador local (de Estella) y, por extensión, torero con mando en plaza. Se le pedía cumplir con la tradición y triunfar. Y cumplió con la tradición y triunfó. "El público ha estado entregado. Me tocaba corresponder", dice. Sin embargo, un pequeño detalle se salió del guión. Se esperaba a sus dos caballos estrellas: Cagancho y Chicuelo. Los dos cumplieron, pero a la algarabía se apuntó un tercero: Batista. "Ha salido por delante de Chicuelo y sus piruetas. Con él es con el que más a gusto me he encontrado; con el que he podido realizar el toreo más puro, como yo lo siento. Ha quedado demostrado que los dos caballos que conocen todos tienen digno sucesor", afirma el rejoneador. Batista hizo posible la salida a hombros y, como si no hubiera pasado tiempo alguno, todo se plegó fiel a los dictados de la tradición, del tiempo detenido en la celebración de la fiesta. Así lo tuvo que entender uno de los aficionados que, sin encomendarse a patrón alguno, arrojó el reloj de pulsera al torero.

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Revolución

Ayer al mediodía, los pamploneses y pamplonesas decidieron iniciar su particular revolución del 6 de julio. Un cohete orondo estalló en el cielo para anunciar que durante ocho días no hay sitio para los relojes. Estalló el chupinazo y los minuteros saltaron por los aires. Daban las seis y media de la tarde y se abría el telón para la primera corrida en fiestas. Entremedias quedaban otras tantas horas (y media) libres de control. Luego, el primer festejo. Sin las peñas abrazando el sol (esto llegará hoy mismo, tras el encierro inaugural del año), pero el primero. Los tendidos, a rebosar. Las gargantas, ahítas. Los brazos, abiertos. La revolución, en marcha. Y el primer capitán para la conspiración antirrelojera: Pablo Hermoso de Mendoza. Así lo tuvo que entender el incondicional del tendido 2. Apenas el navarro desmontaba tras acabar con su segundo toro, el citado le arrojaba su reloj. En periodo de fiesta, ¿para qué el tiempo? "Creo que ha sido mi actuación más redonda en Pamplona", comenta el torero, y sigue: "Y no sólo por Batista, Cagancho y Chicuelo. También Fusilero, con el que he puesto las banderillas cortas, ha estado excelente".

Durante poco más de una semana, ya no hay lugar para el tiempo. O, si se prefiere, todo es tiempo. Un tiempo que se mastica con los sentidos abiertos de par en par. Un tiempo libre y compacto en que no hay fracturas. Todo es tiempo; todo es ausencia de tiempo.

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